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lunes, julio 18, 2005

La "ruta democrática" nos trajo hasta aquí: La salida es el capitalismo liberal


¿Cuántas veces escuchamos que “muchas condiciones se exigen para gerente de una empresa; mas no para Presidente de la República”? Bueno, por un momento imagine y suponga que la Constitución exigiese X o Z credenciales para Presidente. Pero en tal caso, ¿quiénes irían a valorarlos? ¿Cualquiera ...? ¿Cualquiera de la multitud con derecho a voto? Ahí esta la clave.

No propongo un golpe de Estado. Se necesita educar a la gente para que aprenda a votar; y educar es persuadir, precisamente lo contrario a golpismo. Que la gente aprenda qué es un Gobierno, para qué sirve, cuando es bueno y cuando malo. Es la única vía para salir del marasmo. Y aprender a distinguir regímenes políticos y económicos: qué es una democracia; y qué es una economía libre. Tal vez comenzar con Democracia, en pocas lecciones. Cortitas.

1. La democracia se define más por el derecho a ser elegido que a elegir. Por siglos, “democracia” ha sido el derecho universal al sufragio pasivo más que al activo. Si los altos cargos públicos están abiertos a ser ocupados por personas de cualquier clase y rango social, eso es Democracia, en principio. Cualquiera puede ser nombrado. Y lo opuesto es Aristocracia, de nacimiento o abierta al mérito; que cuando degenera se convierte en Oligarquía. De modo que si Ud. se queja porque no se exigen al Presidente condiciones como a un gerente, lo que Ud. sugiere se llama “aristocracia”.

2. Democracia no es sinónimo de República. Otra cosa es que los cargos públicos sean de elección popular o no, según el sufragio activo sea más extenso o menos: que cualquiera pueda o no votar. Si los principales cargos públicos -comenzando por el Jefe de Estado- son electivos, eso es una República. Y pueden ser abiertos a los de cualquier clase, y la República es democrática, como las occidentales; mas no implica Economía de libre mercado, eso es cosa bien distinta. Y si los cargos son cerrados al pueblo, la República es aristocrática, como muchas ciudades antiguas y medievales y después naciones enteras. Las Repúblicas nazis y socialistas, donde los cargos sólo son para los miembros o adherentes del partido único, son Oligarquías. Lo contrario a República es Reino o Monarquía, que puede ser democrática, como en España o Inglaterra, o no, como en Arabia Saudita, independienemente que la Economía sea libre o no.

3. Ningún régimen político es completamente democrático. Pues no todos los cargos públicos son de elección popular, ni abiertos a cualquier aspirante. En Venezuela, ¿quién elige a los militares, a los Ministros, y a los jueces? ¿Y de entre cuáles candidatos? Son cargos públicos, mas no abiertos a todos. Ni de elección popular -como hubo jueces en EEUU, y hay ciertos fiscales. E igual pasa con profesores, maestros y médicos a sueldo del Estado. Otros altos cargos no son públicos, y es lo mismo: los Obispos p. ej., aunque en la Historia los hubo de elección popular, incluyendo al de Roma. Y los jefes de las grandes empresas; por no mencionar a los jerarcas sindicales, algunos de cuyos cargos parecen ser hereditarios ... ¡Esa sí es aristocracia!

4. La constitución real: el régimen mixto. La Constitución escrita puede decir cualquier cosa, pero en la realidad -constitución real- todo régimen político es mixto; se compone de tres elementos o principios constitutivos:


  1. Monárquico: el Supremo Jefazo, el cual puede ser hereditario como el Rey, o elegido como el Presidente, sea que elegido por alguna aristocracia, o bien popularmente. (¿Con poderes limitados o ilimitados? ¿Reelegible o no? Son otros asuntos.)

  2. de aristocracia: que también puede ser hereditaria o abierta al mérito -o algo parecido- como en Venezuela son los puestos ya mencionados: militares, Ministros, jueces, profesores, Obispos, grandes empresarios y capos sindicalistas. (¿Cuáles condiciones se exigen? ¿son o no razonables? Son otros asuntos.)

  3. Popular o democrático: así en Venezuela, los cargos de Presidente, Gobernadores y Alcaldes, legisladores y concejales son todos abiertos, y de elección popular (¿Directa? ¿Universal? Son otros asuntos ... ya vienen.)


5. Perversiones e inestabilidad política. Los que sabían de esto -Aristóteles, Polibio, San Agustín, Santo Tomás, Dante Alighieri, Burke, Tocqueville, Acton, Jouvenel; y entre los venezolanos, el Dr. Juan Germán Roscio- enseñaron:

  1. Que la Tiranía, la Oligarquía y la Demagogia son las respectivas formas perversas o degeneradas de cada uno de los tres principios.

  2. Que las perversiones son producto de los abusos de poder, y de la falta de estabilidad política, la cual deviene de dos factores:
    1. El equilibrio de los principios; y no la prevalencia de uno cualquiera con exclusión de los demás.

    2. La concordancia entre Constitución escrita y constitución real; y no la discordancia.


  3. El sufragio indirecto y restringido contribuye a limitar el principio popular.


6. Democracia no es sufragio directo. El sufragio activo puede ser directo o indirecto. En Venezuela, las antiguas Legislaturas regionales eran elegidas por el voto directo de los electores, mas no los Senadores nacionales, elegidos a su vez por las dichas Legislaturas. Hay una justificación razonable: Ud. no puede elegir de entre quienes no conoce. Es un principio general de sensatez, antes aplicado a los puestos de mayor jerarquía. Ud. podía elegir de entre los candidatos de su pueblo, su ciudad o su sector, a quienes sí podía conocer; y estos a su vez elegir a los candidatos para ese puesto más alto, ¿me explico? Ese era el fundamento. Muy sabio.

7. Democracia no tiene que ver con métodos de votación o asignación de puestos. La democracia puede funcionar con elecciones por lista, por circuitos, con uni o plurinominalidad, mayoría y minoría o proporcionalidad, lo que sea. Eso es carpintería. Y el principio popular puede aplicarse con pocas o muchas restricciones al sufragio pasivo y al activo. También es carpintería; pero ciertos detalles de carpintería no deja de tener importancia para prevenir abusos y perversiones.

8. El voto por lista no es satánico. Claro, hay métodos más y menos abiertos al principio popular. Pero no se equivoque: ninguno es perfecto. En Venezuela la elección directa se combinó con el voto por listas de partido, injustamente demonizado. Las listas obedecían a otro principio sensato: Ud. votaba por el partido X porque sabía que sus candidatos eran comunistas, socialistas, conservadores o liberales -según su preferencia- aunque no les conociera personalmente. Con partidos ideológicos, tenía mucho sentido. Pero con la desideologización de los partidos -todos “agua tibia”- y su consiguiente decadencia, y con el igualitarismo y la “uninominalidad” (contra los “cogollos”, ¿recuerda?) nos retrocedieron 100 o 200 años, a la época de los puros caudillos, caudillotes y caudillitos. ¿Quiénes? Los ignorantes encumbrados por los medios. Y después los medios nos quitaron el debate ideológico, y con la discutidera puramente personalista se hizo imposible cuestionar métodos y sistemas, comenzando por el estatismo.

9. Democracia no es sufragio universal. El sufragio universal total, como quiere la ideología igualitarista, no existe en democracia alguna, porque es el camino a la Tiranía por vía de la Demagogia. Siempre hay categorías excluidas del voto. Es el sufragio limitado: no votan los condenados por traición a la patria, corrupción en funciones públicas, delitos electorales, etc. En el pasado, tampoco los analfabetos y personas carentes de fortuna, empleo o medio de vida conocido, o condenadas por delitos; ni los sacerdotes y militares. Distintas razones, muchas de ellas obvias y atendibles, justificaban estas diferentes limitaciones al sufragio activo. Sufragio universal amplio o extendido es cuando cualquiera tiene igual derecho a votar que Ud. y yo. A algunos les parece justo. No sé a Ud., pero a mi me parece una gran injusticia.

10. La democracia tiene límites. También hay materias excluidas de la decisión popular. El derecho a la vida p. ej. Por democrática que fuese su elección, Asamblea o autoridad alguna puede decidir quitarlo P. ej. a los judíos en la Alemania nazi, a los nobles en la Revolución Francesa, o a los burgueses en el comunismo. Antes, la libertad y la propiedad, inherentes a la vida, tampoco admitían restricciones impuestas democráticamente. Lo cual garantizaba el libre mercado. Lo opuesto es la democracia ilimitada, Tiranía de las masas o mayorías.

11. Democracia no es socialismo ni cualquier otra cosa. Pero el concepto de democracia fue estirado indefinidamente, a fin de derribar uno tras otro sus límites, y hacerla funcionar como medio de redistribuir riqueza y concentrar el poder. Mediante fraude semántico (Hayek) se introdujo caprichosamente todo concepto y práctica bajo el manto de “democracia”: comenzando por el sufragio directo y universal, siguiendo por los impuestos “progresivos”, el dinero sin respaldo metálico y la educación “pública” (estatal), la “nacionalización” de las grandes empresas, la medicina socializada, la cogestión y autogestión empresarial, el cooperativismo, y hasta cuotas por sexo o raza en los empleos. Todo considerado “más democrático”. Sin embargo nada tiene que ver con la democracia. Democracia no es socialismo: ni entero ni por la mitad.

12. Pero puede serlo, si se redefine fraudulentamente. Sin embargo, si el principio popular es considerado como casi único válido; y la democracia redefine sus contenidos -en la constitución real primero, y después en la escrita-, entonces lleva al socialismo y aún al comunismo. ¿Cómo? Mediante el juego de las palabras. Vea Ud.

13. La carrera de los adjetivos. El fraude semántico comienza con la carrera de inventarle y colgarle adjetivos a la democracia: “social”, “participativa”, “protagónica”, “inclusiva”, etc ... Socialismo y estatismo entran a la callada, disfrazados de “justicia social”. Los socialistas siempre ganan porque los no socialistas son muy tontos y van aceptando uno a uno todos los adjetivos. A cada uno aceptado, los socialistas meten el que sigue. P. ej. primero “desarrollo integral” ... y después “sostenible”, y enseguida “endógeno” ... y así. Lo mismo con los “Derechos Humanos”, que definen como obligaciones positivas del Estado, y cada vez hacen la lista más larga.

14. La “ruta democrática”. Comenzó aproximadamente en 1945 con la cuestión del sufragio, siguió en 1958, y con la Constitución de 1962. Se suponía que la vía de la democracia “social” o socialismo democrático era opuesta al castrismo, en Cuba desde 1959. Pero por fraude semántico, “más democracia” se hizo equivaler aquí a “más socialismo”. En cada quinquenio democrático con las leyes estatistas el socialismo retrocedía 2 casillas y avanzaba 4 o 5. Y en los ’70, con las nacionalizaciones del hierro y del petróleo dio el “gran salto adelante”. O sea “progresando”, y cada vez más “de avanzada.” Así fue como elegimos Presidentes y Congresos tiránicos, y perdimos estabilidad política. Por desconocer los consejos de Aristóteles, Polibio, etc. Idolatramos el principio popular con exclusión de cualquier otro; y la legislación, cada vez más socialista y estatista, alejó la constitución real del texto escrito de 1962, el cual trataba de mantener cierto equilibrio, aunque de modo inconsistente. Y en 1999 ajustaron la constitución escrita.

15. Fin de Línea. Y terminamos donde en los ’60 se suponía que no ibamos a llegar por la “ruta democrática”. En el socialismo. ¿Del siglo XXI? No; el de siempre, el único; no hay otro. Ahora hay que salir. ¿Y cuál es la salida? No la ruta democrática por supuesto, sino la economía libre, llamada capitalismo. Pero esa es otra lección.


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