html> Resistencia Civil: marzo 2005

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jueves, marzo 31, 2005

"Opositorpes" venezolanos hacen el ridículo...
El "accidental" presidente Zapatero hace negocios


La raza humana se divide políticamente entre aquellos que quieren
que la gente esté controlada y los que no.

Robert A. Heinlein


Para quienes abrigaban dudas sobre la coherencia ideológica del neo-izquierdismo, su meridiana claridad estratégica, su capacidad de adaptarse en escenarios muy diferentes, así como la plena identidad de ideología y objetivos políticos, locales y globales, de los principales proyectos neo-izquierdistas en el poder, como son los de Venezuela, Brasil, Argentina y España, las declaraciones de los presidentes de estas naciones, entre sus recientes mini-cumbres de Uruguay (Chávez, Lula Kirchner) durante el ingreso de Tabaré Vázquez al club del neo-izquierdismo en el poder (Y su consecuente e inmediato acuerdo energético con el gobierno chavista) y en Venezuela (Chávez, Lula, Zapatero, esta vez con un “circunstancialmente” indispensable “invitado” que no es miembro del club neo-izquierdista. El presidente de Colombia, Álvaro Uribe) han debido ser más que suficientes para que aclaren sus dudas de una buena vez. La plena identidad de objetivos, y la diferencia de tiempos y dificultades para adelantarlos, queda especialmente clara. Para muchos, la percepción de la realidad neo-izquierdita, es imposible, y entre esos muchos, está la mayor parte de la “opositorpe” oposición paleo-izquierdista venezolana.

La visita de Rodríguez Zapatero a Venezuela, es la visita de un cercano aliado ideológico de la revolución, que viene a estrechar aún más unos lazos que ya eran estrechos, y a concluir negocios, que ya estaban adelantados. Es un encentro de amigos y aliados el de Chávez y Zapatero. Y es necesario recordar que Rodríguez Zapatero representa la misma ideología neo-izquierdista que Hugo Chávez. No hay diferencias de grado, ni de magnitud. Si pudiera, Zapatero gobernaría como Chávez. La diferencia que tiene con Chávez, es que no puede. Si pudiera, estaría dedicado al “desmontaje” de un mal llamado “capitalismo”, que no llegó a superar el mercantilismo, en la casi completa historia de España como de Venezuela, y la “construcción” de una versión más radical del socialismo de viejo cuño socialdemócrata mercantilista, que es a lo que se enfrentan en realidad. En eso está Chávez. El otro aún no puede.

Es enorme diferencia entre las circunstancias de Zapatero y las de Chávez. Circunstancias por las que el líder del neo-izquiedismo en España, no pasará jamás de ser una accidente, resultado de un brutal atentado terrorista, ampliamente exitoso en su declarado objetivo de “obligar” a los electores a votar por el candidato de los terroristas islámicos para el gobierno español. Resultado también del mal manejo de la información en el gobierno de Aznar. La brutal y oportunista manipulación propagandista de los medios controlados por aliados del neo-izquierdismo. Y de las bandas de delincuentes dedicadas al asedio, apedreamiento y lanzamiento de bombas molotov, contra las sedes del Partido Popular. Que fueron las claves para la accidental, y trágica elección “ferroviaria” de Rodríguez Zapatero. Mientras que el único líder legitimo, de la moderna izquierda socialista venezolana, es (descontado el sobreseimiento, que fue voluntad del anciano equivalente local del accidente zapateril) tanto el producto de sus propias, y personalísimas acciones, armadas y electorales, como un icono del neo-izquierdismo globalizado.



Pero no hay diferencia entre los presuntos “zapaeristas” que se dedicaron impunemente a apedrear y lanzar bombas molotov contra las sedes del PP, y los presuntos chavistas que apedrearon el sepelio del cardenal de Caracas, saquearon y quemaron hasta los cimientos, la casa del partido socialcristiano en Petare, o cosas muchísimo peores... asesinatos incluidos, unos impunes, y otros no. La triste administración de Zapatero ha sido señalada, puertas adentro, por la persecución policial y judicial contra la oposición conservadora, de “tolerancia” para cualquier violencia de sus propio malandraje partidista, y del recrudecimiento de odios políticos históricamente superados. Y puertas afuera sus logros no pasan del sistemático apoyo irrestricto para las más criminales dictaduras totalitarias de todo signo, desde el marxismo castrista al fundamentalismo islámico, en un irracional y estéril uso oportunista del antiamericanismo cerril, y el encadenamiento de España, como furgón de cola, entre las fuerzas más radicales del neo-izquierdismo que representan, mucho mejor que él, principalmente Hugo Chávez, Néstor Kirchner, y Lula Da Silva, pero también, Evo Morales y Antauro Humala. Todo por hacer olvidar, a los españoles y al mundo, que no es más que un “presidente ferroviario”.



Ese accidente histórico, en su necesidad de no cerrar ineficientes astilleros, se había volcado ya, por intermedio de su folclorísimo y victimista ministro Bono, a la venta que buques militares... y/o petroleros... su mantenimiento, además de “infraestructura”, y/o... lo que sea. Al gobierno neo-izquierdista con la más abultada chequera de petrodólares, como es el de Venezuela.



El negocio prosperará. En la política de expansión global del neo-izquierdismo, las alianzas antiamericanas, y el desplazamiento del paleo-izquierdismo. Prosperará, por las mismas razones que prosperarán las compras de bonos argentinos. La entrega de la Orimulsión a empresas privadas chinas, y los convenios financieramente “asimétricos” con Cuba. Es un asunto de poder político, para hacer la revolución neo-comunista, hasta donde se pueda en cada punto, en todo el mundo, a cualquier costo. Los costos, al final de cuentas los pagan los pueblos, mientras el poder, que pretenden totalitario los socialista de nuevo, como de viejo, cuño, lo disfrutan los gobernantes... y sus aliados. Y este nuevo socialismo, está mucho más dado al lujo y disfrute de sus jerifaltes, que el viejo y triste marxismo, que tanto apoya en su lenta muerte, y al que aspira a sustituir, tanto como a la fracasada socialdemocracia del “Estado del bienestar”, con la que es mucho menos paciente.



Así las cosas. La ridícula reunión de un patético grupo de paleo-izquierdistas venezolanos, náufragos del presupuesto revolucionario, que claman en “audiencia” ante Rodríguez Zapatero, como picaros coloniales ante un corregidor “de mentirita” es de un patetismo hilarante. Es risible, porque ni el presunto “jefe” de las bandas de que asaltaron e incendiaron las sedes del PP en España, es el “demócrata” del que hablan los “opositorpes” izquierdistas marginales venezolanos. Ni su “socialismo europeo” es menos socialista (o más capitalista) que el proyecto “de lento arranque” del comandante venezolano. Ni aún si lo fuera ¡qué no lo es! estaría interesado en que lo que le cuenten de la violencia política “oficiosa”, las presuntas persecuciones policiales y judiciales, ni otras aromáticas “yerbas varias”, una izquierda marginal, (que le recuerda con mucho al “felipismo” que su generación neo-izquierdista hubo de desplazar dentro del PSOE, como un Chávez desplazó sus equivalentes locales, desde fuera y con otro nuevo partido) un presidente “ferroviario y por accidente” en busca de cambiar buenas compras de barcos (y otras cosas) para apuntalar negocios ineficientes, y con ellos su accidentalísima elección. Además de no perder su oportunidad de “ladrarle al Bush”, cobrando muy buenos petrodólares en el “esfuerzo”. Lo que han hecho, tales “opositorpes” es lo mismo que si hubieran pedido audiencia con Jatami, o con Fidel Castro, para “acusar” al gobierno de “perseguir a la oposición”. La única diferencia es que Zapatero, a más de dedicarse a su zapato “náutico”, puede gustar de circense espectáculo. Y hasta arrojar algunos euros a los payasos. Porque Zapatero enfrenta una oposición de verdad en España, contra la que no deja de serle útil dedicarle un instante en Caracas a una comparsa de payasos, para poder afirmar de regreso en Madrid que “escuchó” a “la oposición” en Venezuela.



Zapatero es un neo-izquierdista en el poder, que ya ha sido señalado de más abusos de poder, que toda la administración que sustituyó. Navega en aguas tempestuosas, enfrentando desde el accidente de su elección, hasta el poder real de sus aliados nacionalismos marginales. Pero sobre todo, a una oposición fuerte, seria y creíble, ideológicamente diferenciada (aunque no por mucho) como el PP, que es una alternativa real, perfectamente capaz de derrotarlo, en cualquier momento. Y esa es la otra diferencia con Chávez. El líder supremo de la revolución en Venezuela, es el líder de supremo de sus unificadas y adoctrinadas huestes, que son cerca de un tercio de la población de la población de un país en que otro tercio desarticulado, disperso, y sin diferencia ideológica o conceptual con la fuerza política de la revolución en el poder, se le opone, si posibilidad alguna de éxito a corto o mediano plazo, mientras el tercio final rechaza ambas indiferenciadas propuestas, precisamente por “igualitas”, sin acertar aún en articularse políticamente en torno de una verdadera alternativa doctrinaria, radical y esperanzadora ante la revolución neo-izquierdista que en seis años exhibe un incremento de 10% en la pobreza.



Quienes, desde el paleo-izquierdismo moribundo de la socialdemocracia adeca, declararon que “nada tiene que hablar con Rodríguez Zapatero”, si bien no han explicado claramente el fondo “ideológico” del asunto para su propia militancia. Al menos han tenido la fortuna de combinar dignidad y olfato político. Esperemos que no cambien de opinión mañana. Aunque es cosa de ellos, no de uno. Al final, lo más que puede darles un Rodríguez Zapatero a los opositores de su aliado, es un viajecito para algún “evento” marginal, con cargo al bolsillo de los sufridos pagadores de impuestos Españoles.



El resto, sería repetir la torpeza de “inventarse” un Don Zapatero, tan irreal como el “Mr. Carter” que se inventaron ellos solos, hace muy poco. Tan diferente de la realidad en torno al mediocre presidente de una de las peores administraciones de la historia de los EE.UU. reconvertido, a punto de reciclaje de imagen de su único éxito en “política exterior”, en “superestrella del neo-izquierdismo global”, ampliamente complaciente, para quienes han sido señalados como sus “ideológicos” aliados comerciales.



Y si AD, el viejo “partido socialista venezolano”, como acertadamente lo ha calificado la parte seria de prensa española, no se siente “ideológicamente” identificado, y sabe que nada tiene para pescar, con las nuevas aguas neo-izquierdistas del accidental presidente español. Que más que “pena ajena” nos pueda dar a los liberales, el espectáculo de los “peticionarios de audiencias” a Don Zapatero. Allá ellos con su cara dura de oportunistas limosneros. Y los tontos que en tal grupo se presten a retratarse. Nuestro reconocimiento a los adecos por su oportuna percepción de la realidad. Pero ni con unos, ni con otros, tenemos nada que hacer. Lo nuestro es esforzamos por articular, desde abajo, la verdadera respuesta radical devolucionaria, para transferir los activos mercantiles que los socialismos, de antes y ahora, concentraron en el Estado, a la población de hoy y del futuro, que comience entregando su acción de PDVSA a cada ciudadano. Y si con alguien tenemos interés en conversar, como en efecto conversamos ocasionalmente, es con quienes combaten tanto al neo-izquierdismo de los zapateros, como al paleo-izquierdismo socialdemócrata, con ideas y propuestas liberales-libertarias. El resto es, generalmente, una perdida de tiempo. Y si algo no tenemos para perder, es tiempo, ya que estamos apenas al principio de una lucha que será larga. Y prepararse rápidamente. Es sólo el principio.




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jueves, marzo 17, 2005

No soy jurista ni siquiera abogado y mis conocimientos en la materia no pasan de lecturas de tragalibros y unas clases de Derecho Constitucional que r



Como corresponde en un país que va dando tumbos, llevado de la mano por la falta de ética y compromiso de quienes fungen como sus dirigentes, el TSJ "innova" en materia jurídica por vía de la Sala Constitucional cuando el máximo tribunal anula la sentencia del 14 de agosto de 2002 mediante la cual se habían declarado inocentes a los militares que actuaron el 11 de abril de ese año durante los sucesos que para la historia quedarán marcados como el “Carmonazo.”

No soy jurista ni siquiera abogado y mis conocimientos en la materia no pasan de lecturas de tragalibros y unas clases de Derecho Constitucional que recibí coleado como “oyente”, hace décadas, cuando el doctor Rafael Caldera era profesor universitario, que eso quede claro.

Sin embargo no se necesita mucho seso para considerar que esta revisión a un asunto que se consideraba “cosa juzgada” es por decir lo menos una “novedad” en materia jurídica.

Durante dos años y medio el país dejó pasar la sentencia ahora derogada por el TSJ ya que se mantuvieron bajo sordina las protestas de algunos Magistrados contra la composición de la Sala Plena que libró de culpa a los complotados del 11 de abril de 2002, entre ellos el magistrado Mora, actual Presidente del TSJ –sentencia considerada “errada y grotesca” por la ponencia que elaboró el doctor Carrasquero y que votó unánimemente la Sala Constitucional-.

Este “dejar pasar” hizo suponer que los generales Vásquez Velazco y Pereira Olivares, así como el vicealmirante Ramírez Pérez y el contralmirante Comisso Urdaneta –primo del actor Orlando Urdaneta- gozaban de libertad plena porque la metida de pata ya había sido juzgada, mal juzgada diría uno.

Pero, no, hay "novedades".

Y hay “novedades” porque la apreciación de “errada y grotesca” que revela la pluma de Francisco Carrasquero en la sentencia de la Sala Constitucional del viernes 11 de marzo de este año, sirvió de base para que el TSJ se lave las manos al decidir sin darle la razón ni al Fiscal General quien probablemente esperaba que el TSJ confirmara que la “Carmonada” fue un golpe de Estado y no un “vacío de poder”, así como tampoco se le dio la razón a los militares involucrados en el hecho que esperaban, a manera de milagro, que el TSJ de hoy siguiera actuando como cuando lo manejaba Miquilena. Incluyendo en esta cuenta al trisoleado Lucas Rincón que pasará a la historia por aquello de “le fue pedida la renuncia, la cual aceptó”.

¡Los hilos del poder están hoy día en otro lado!

No quisiera meterme en los dimes y diretes que probablemente contribuyan a separar aún más a los venezolanos.

A separarnos no solo los “unos” de los “otros” sino a separarnos de la verdad, de la objetividad y de otras virtudes que son las que hacen a un pueblo noble y grande.

Por eso digo que si bien resulta extraño que una parte del TSJ revise el fallo de la totalidad de sus miembros; igual resulta imposible tragarse, salvo que uno sea estúpido o esté confabulado en una agenda personal, el que una persona que no ejercía ni siquiera como miembro de una junta parroquial, como era el caso de Pedro Carmona Estanga, se autojuramentara como Presidente, sobre una Biblia en vez de la Constitución, como si lo estuviesen invistiendo de Cardenal, y procediera de inmediato a destituir y nombrar a todos los poderes de la república a su leal saber y entender.

Eso fue un golpe de Estado para bien y para mal.

Una “innovación” por otra dirán los cínicos pero eso es triste porque prefiero un país en el que el doctor Carrasquero no tenga que enmendar con una “innovación” la bárbara “innovación” que el ex magistrado Arriechi –casi como decir Don Luis Miquilena- nos impuso en 2002 cuando a la macha y con mucho billete de por medio puso al TSJ a decidir que el 11 – A no hubo golpe en Venezuela.

Pero como digo más allá de los hechos ya ocurridos queda el camino por recorrer y a ese fin una lección debe quedar en pie a partir de esta “innovación” jurídica del TSJ.

Venezuela necesita un gobierno que gobierne para el todo y no para las partes o para los vivos.

Y a ese respecto la primera prioridad política puede y debe ser luchar contra el empobrecimiento generalizado tras décadas de estatismo rampante.

Si, pero la primera prioridad institucional es el Sistema de Justicia que hasta ahora es y ha sido la Cenicienta de los poderes del Estado.

Un gobierno liberal en el futuro tendrá que garantizar la independencia del Poder Judicial y del Sistema de Justicia en general.

Los alcaldes liberales están obligados a impulsar la Justicia de Paz que es la única descentralizada a ese nivel.

Y el Ejecutivo Nacional por su parte no puede seguir planteando presupuestos guiados por la óptica del estatismo socialista que no garantizan la atención a las funciones propias del Estado y una de ellas, quizás la principal es la justicia.

Para retomar la vía del progreso Venezuela necesita un cambio basado en las ideas de la libertad, no en el estatismo que no sirvió antes, que no sirve ahora y que no servirá para nada en el mañana.



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miércoles, marzo 16, 2005

Socialismo del siglo XXI (I): La izquierda nunca retrocede, pese a los reflujos



Sigo sosteniendo que el chavismo tiene un futuro largo y asegurado en el Gobierno. Por ausencia de una oposición realista, inteligente y eficaz, opuesta no sólo en lo político sino también en lo doctrinal e ideológico -y de modo diametral-, que sea atractiva para los indiferentes, y así capaz de desafiar y antagonizar polarizando. No obstante, la salida puede pasar por una Convocatoria a la Abstención Electoral, aunque no de cualquier forma y manera.

Amables lectores, les invito a esta serie de tres artículos sobre la abstención, que espero les sea de servicio. Y desde ya, muchas gracias por su gentil atención.

Las tres franjas o segmentos



El cuerpo electoral venezolano se divide en tres franjas: chavistas, indiferentes, y antichavistas, en orden decreciente de magnitudes. En la segunda se reclutan los abstinentes. Hasta ahora, no tienen un tamaño muy distinto, y si bien el chavismo supera al antichavismo, a veces llega de segundo en las citas comiciales, después de la masa abstinente. Pero el segmento chavista crece, y no sólo a expensas de los indiferentes, sino también de los antichavistas que cambian de bando.

En Venezuela siempre hubo diversas formas de fraude electoral, y es muy probable que ahora también, pero en volúmenes insuficientes para explicar las derrotas opositoras por ese solo factor. Realismo es admitir humildemente la realidad. El chavismo dispone de una mayoría articulada, encuadrada (y sobre todo, adoctrinada), políticamente activable y movilizable. Mide un tercio aproximadamente de la población electoral -la primera franja-; pero a la hora de votar puede expandirse, y por medios no siempre ilícitos o de discutible licitud.

Chávez: más poder que Gómez; y mucho más que Pérez Jiménez



Cierta oposición escucha sólo aquello que quiere oír, se ciega ante realidades desagradables y se ilusiona. Quiere oír que Chávez compra a su gente con dádivas populistas, provenientes de la fase alcista en los ingresos petroleros; y que tan pronto el flujo descienda, entonces “de alguna manera” (¿mágica?) va a caer. Así deja fuera factores muy importantes:


  1. Chávez reúne en sus manos a la vez el poder civil y el militar, algo en Venezuela sólo visto con Juan Vicente Gómez.


  2. Y como si fuera poco, disfruta además de poderes que Gómez ni soñó, como su ascendiente mítico y casi religioso entre sus seguidores; y su muy alto prestigio y liderazgo en la nueva izquierda mundial, ahora hegemónica en muchas regiones del planeta.


  3. No es un simple caudillo populista tipo Pérez Jiménez. Es un jefe del “socialismo del siglo XXI”, como él mismo dice, y es verdad. Pero la oposición sigue sin creerle, porque siendo tan elevado el concepto que guarda de la sacrosanta izquierda y sus ideales “humanistas” y aún marxistas, que cuando Chávez se declara revolucionario socialista, los opositores no le reconocen ni identifican como tal; entonces se resisten a tomarle su palabra, y a tomarle en serio. Le subestiman. Chávez toma ventaja de ello, y les gana.



Propongo comenzar con un ejercicio de memoria histórica.

El socialismo del siglo XIX



Cargaba un sustrato seudocristiano, que le valió ser calificado de “utópico” (no “científico”) por el dúo Marx-Engels y otros racionalistas. En Inglaterra p. ej., el socialismo cristiano fue propulsado por Charles Kingsley, clérigo anglicano que fuera Capellán de la Reina Victoria y tutor del Príncipe de Gales. Otro socialista cristiano influyente en el Oeste fue el escritor ruso León Tolstoy.

Y por su lado el liberalismo conservaba algo de su origen cristiano. Incluso en Venezuela -no tan aislada y atrasada intelectualmente en aquellos años, como nos hacen creer- en plena Edad Monaguera se dio el debate sobre cristianismo, liberalismo y socialismo, en la prensa, como en Europa. (Y a una altura que no podrían ni imaginar los gallináceos periódicos venezolanos de hoy.) Ramón Ramírez representó dignamente al liberalismo cristiano, como medio siglo antes Juan Germán Roscio, “padre, maestro y guía de la libertad en Venezuela”, en palabras de Bello. Más tarde el liberalismo se hizo anticristiano, y el socialismo se disfrazó de cristiano.

El socialismo son sus leyes



Una ley socialista es una que se basa en aparentemente altruistas, elevadas y nobles intenciones, y buenos y santos objetivos, que supone conseguir mediante una expansión de la esfera estatal. Supone que para alcanzarlos, la ley debe ampliar la órbita del Estado: sus funciones, prerrogativas y patrimonio. Eso es lo que la ley socialista hace, en detrimento de las esferas de los particulares: personas individuales, familias, iglesias, escuelas y empresas privadas, y en general instancias naturales o arreglos voluntarios contractuales. Así concentran el poder.

¿Cómo avanza el socialismo?



El socialismo se expande con sus leyes, en grandes oleadas mundiales. Rastreando su origen llegamos a Babilonia y pasamos por a la Edad Antigua, aunque saltando la Edad Media (de la cual tenemos la distorsionada imagen legada por los iluministas del siglo XVIII.) Pero sin ir más lejos de la Revolución Francesa, hay nueve olas socialistas: 1789-92; 1820; 1848; 1874-5; 1918; 1929-30; 1945-48; 1968-75 y 2000. Con sus leyes.

Después de cada clímax, si hay una fuerza capaz de signo opuesto, el socialismo puede ser obligado a retroceder políticamente y sufre un reflujo; pero siempre deja sus marcas clavadas, como picas en Flandes y cabezas de puente. Son las leyes socialistas, que una vez sancionadas, jamás conocerán la derogación -siquiera parcial-, excepto para ser reemplazada por otras versiones más “progresistas” o radicales. Si fueron rechazadas al primer intento, vuelven a presentarse más adelante, tal vez “enriquecidas”.

Y el principio es que ley socialista promulgada es inderogable. Porque siempre se acompaña de una eficacísima labor propagandista y desinformadora, que oculta sus efectos perjudiciales, atribuyendolos a algún otro factor, por lo común asociado al “capitalismo”. Y fija en la conciencia de la gente la ley y sus engendros como buenos -y pasado el tiempo, naturales-, e impensable suprimirlos. “Los Hijos de las Tinieblas son más sagaces que los Hijos de la Luz”, se nos informa en el Evangelio de San Lucas (Cap. 16:8); y se nos dice en el de San Juan que el arma que más hábilmente emplean es la mentira (Cap. 8). La mentira hace pasar por buena la Ley y lo que dispone, y por mala su derogación.

Las leyes socialistas: evaluación de daños




Con cada ola socialista hay una nueva generación de leyes, y de daños. A través de los siglos XIX y XX se van aprobando estas, con sus consiguientes y nefastos resultados:


  • La reedición de las leyes mercantilistas contra el libre comercio internacional, que empobrecen a los más débiles en beneficio de los privilegiados y “protegidos” monopolistas, al igual que las leyes “antitrust” contra el libre comercio interno, y las leyes gremiales contra la libertad de trabajo.


  • La prohibición del trabajo infantil, que arroja a los niños pobres a la mendicidad, la prostitución y el crimen, en beneficio de los sindicatos, librados de tan molesta competencia.


  • El voto a la mujer, previamente manipulada por el empleo deshonesto aunque eficaz del sentimentalismo romántico “idealista”, que las inclina a favor del socialismo -en contra de sus mejores instintos e intereses-, y que le resta racionalidad a la política. (Perdón queridas amigas, les prometo un artículo especial y exclusivo para Uds. sobre esta temática, ¿OK? ¿Amigos otra vez? ¿Seguimos con las leyes socialistas ...?)


  • Leyes de voto cada vez más directo y universal, acompañado de ayudas sociales, y de impuestos cada vez más numerosos y elevados -indirectos e invisibles-, allanando el camino al “Welfare State”: la redistribución de la riqueza a cargo del elenco gobernante.


  • Leyes de educación estatal: indoctrinamiento de párvulos y adolescentes en el culto del Estado y de la “política correcta”, instrumento igualitario de uniformización hacia abajo y empobrecimiento mental e intelectual. (Pregúntate: ¿Cómo se educaba la gente antes que la educara el Estado?)


  • Leyes credencialistas, que crean monopolios en favor de los titulares de acreditaciones educativas consagradas por el Estado, las cuales suponen a acreditantes y acreditados en posesión de conocimientos exclusivos cuya validez se garantiza. (Pregúntate: ¿Qué Economía sabe un economista “garantizado” por el sistema estatal de acreditación?)


  • Leyes ordinarias que reemplazan la antigua justicia restitutiva y/o compensatoria centrada en la víctima por la punitiva y/o reeducativa centrada en el victimario;



  • Leyes requisitorios de permisos y licencias estatales y gremiales para actividades económicas, abortivas y asesinas de empresas y empleos; y leyes ...


  • de crédito y endeudamiento público, padres de la gigante deuda estatal;


  • laborales, madres del desempleo;


  • inquilinarias, madres de la carestía y escasez de vivienda;


  • de dinero puramente fiduciario, curso legal y bancocentralistas, padres de la inflación.


  • Leyes consagratorias del Estado-padrastro y del Estado-marido sustituto, que alientan a deshacer los núcleos familiares con la promesa de provisión y tuición a cargo del “servicio social”.


  • Y del Estado científico y sus leyes. P. ej. conservacionistas, que hostilizan a las empresas privadas, encareciendo artificialmente productos en base a unos riesgos muchas veces hipotéticos y no concluyentemente comprobados contra el ambiente o el consumidor;



  • y del Estado terapéutico, que cuida tu salud a su manera te guste o no. P. ej. con las leyes “antidrogas”, que entregan el negocio a las mafias criminales, habilitadas por las superganancias para resistir eficazmente. Y así, sin parar.



Los daños y perjuicios se acumulan unos sobre otros, y se multiplican entre sí. Pero la historia oficial no presenta los resultados reales como consecuencia de las leyes malas, sino del “capitalismo”. Y a las leyes socialistas las presenta como “grandes conquistas de la Humanidad”, sólo hablando de sus intenciones, y como si hubieran producido los resultados esperados, hipotéticos, y no los reales. La gente, ya poco acostumbrada a razonar, no las examina.

El del siglo XXI es el socialismo posmoderno



Como ya logró hace tiempo la aprobación de las leyes descritas, y no quiere admitir que son malas, ahora el socialismo es algo distinto al del siglo XX, y un poco más parecido al del XIX. Pone en segundo plano las legislaciones “social” y anticapitalista, batallas ya ganadas. Incorpora en su lugar otros puntos nuevos. Ya en una fase más avanzada hacia la rebarbarización, despliega las “nuevas reivindicaciones” ecologistas, feministas, indigenistas, globalofóbicas y antidesarrollo. Se centra menos en el “Welfare” y la redistribución de la riqueza que en la idea de pobreza bien repartida, inculcada a fondo y masivamente, con mucha música y lirismo, enfatizando el toque emocional y místico. (Tendremos la ley de voto infantil, para completar la irracionalización de la política.)

Ahora, en las naciones musulmanas y en la India el socialismo no es ateo; se cubre de un cariz religioso. Y hasta en Europa y EEUU los socialistas adoptan la espiritualidad “Nueva Era” (versión actualizada de la antigua herejía gnóstica, casi permanente plaga de los monoteísmos revelados.) En la Venezuela presente son notables en el chavismo las expresiones de todas las religiones sincretizadas, principalmente afroamericana, cristiana, espiritista-teosófica y Nueva Era, codo a codo con las últimas modas de la izquierda.

La catequización y sensibilización infunden principios, valores, creencias y emociones contrarias al comercio libre, la iniciativa individual, la familia tradicional, la empresa privada, etc.; y favorables al colectivismo y al estatismo, y a la vida planificada y tutelada por los Gobiernos y sus entes. No por contradictorias, falsas y dañinas, estas nociones dejan de arraigar profundamente en los expuestos a su influencia directa o indirecta, sin contrapeso alguno que al menos equilibre. Más que llenar la panza, el socialismo del siglo XXI lava el cerebro, y una vez limpio, le pone nuevo mobiliario y ornato; y lo mismo hace con el corazón. De otro modo, Fidel Castro -su gran pionero- habría caído cuando acabaron los subsidios soviéticos; pero no cayó.

El segmento chavista del electorado es eficaz y diariamente aleccionado por las “misiones”, la educación formal, los medios comunicacionales afiliados a la revolución -escritos y radioeléctricos-, y las frecuentes reuniones y asambleas en barrios y sitios de trabajo, estudio, recreación, etc. Si mañana por cualquier razón los ingresos petroleros se reducen, no habrá de afectarse mayormente el proceso revolucionario.



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martes, marzo 15, 2005

Una Venezuela de primera




“He creído en la izquierda por el bien que prometía;he aprendido a juzgarla por el daño que ha hecho.”

David Horowitz


Desde hace 30 años Venezuela ha sido el paraíso de políticos personalmente exitosos con desempeños públicos desastrosos y de empresarios individualmente prósperos con empresas quebradas e ineficientes. Esta, en buena medida, es la descarnada dimensión del drama nacional. El país requiere con urgencia de un ambicioso proyecto de profundo y amplio aliento que produzca resultados positivos en el corto y mediano plazo. Los venezolanos tenemos tres décadas viendo desfilar los fracasos de una elite política y económica, del puntofijismo y la revolución, que derrochó el legado de quienes construyeron nuestra modernidad desde principios del Siglo XX. Necesitamos con urgencia levantar la golpeada autoestima ciudadana y la maltratada autoconfianza popular con un proyecto nacional que nos conduzca al éxito y nos dé certidumbre de destino. No se trata de lograr algo ajeno a nuestras capacidades o a nuestra historia reciente. En muchos casos, no se trataría ni siquiera de avanzar, bastaría con recuperar lo perdido.

Hubo una vez un país de primera



El feo rostro que nos muestra el fracaso de los últimos 30 años nos hace olvidar que hubo un país de formidable movilidad social, que permitió en pocas décadas que una depauperada familia campesina pasara del conuco a un bloque del Banco Obrero y de allí a un apartamento de propiedad horizontal. Existió no hace mucho una nación en donde un iletrado, no sólo se alfabetizaba, sino que podía ver a su hijo graduarse en la universidad o donde una persona humilde podía soñar con ver a un descendiente suyo egresar de la academia militar Tuvimos una nación que en dos décadas pasó de ser un rincón olvidado del planeta al primer exportador de petróleo del mundo. Que tuvo la única moneda que no se devalúo significativamente durante casi 100 años, donde la inflación era un dato desconocido, que sus líderes políticos, empresariales y culturales salían de la enseñanza pública, que tuvo una época con crecimiento económico sostenido, superior al del milagro alemán, con un Instituto de los Seguros Sociales que era ejemplo de América Latina y en donde el salario mínimo alcanzaba para mucho más que comer. Un país con suficientes jueces y fiscales para administrar y dispensar justicia oportuna y donde un policía de punto nos garantizaba transitar y dormir tranquilos. Venezuela fue un país de primera, con dirigentes de primera y con instituciones de primera. Ese país lo perdimos, nos lo quitaron y no los siguen quitando, pero es posible recuperarlo.

Lograr un país de primera: ¿Revolución o Devolución?



¿Qué y quién nos oprime?. Sin duda un sector político y económico rapaz, que desde hace años, y también ahora, colonizó los poderes públicos y que prevalido del poder del Estado, ha concentrado y sigue concentrando para sí toda la riqueza nacional administrando en nuestro nombre todos los activos económicos de la República para provecho de sus economías privadas. Venezuela debe alinearse en torno a un nuevo y vasto consenso nacional alternativo que permita identificar la real divisoria del país. Por un lado existe una porción insignificante, que con y sin uniforme, ejercita el abuso, detenta los privilegios, y que a través del usufructo de la renta petrolera, cabe cómodamente en el presupuesto nacional. Por otro lado, hay una amplísima mayoría integrada por millones de compatriotas que son víctimas del abuso, no tienen privilegios, ni los solicitan y que nunca cabrá sustentablemente en el presupuesto ya que apenas si se ha enterado de la existencia de esa riqueza petrolera. En este lado hay gente de arriba y de abajo, de izquierda, de centro y de derecha, ricos y pobres, blancos, negros, indios, zambos y mulatos, pro-oficialistas y antioficialistas, ciudadanos con uniforme y sin él. Esos son los que desean una Venezuela de primera, en donde la nacionalidad, la ciudadanía, la justicia y la posibilidad de prosperar alcance para todos.


En Venezuela no hace falta una revolución, sino una devolución sostenida y efectiva de lo mucho que nos ha quitado la rapacidad de unos pocos. Hay que devolverle a la gente la fortaleza de su moneda, la posibilidad de ahorrar y la preservación de sus ahorros, el poder adquisitivo de sus ingresos, sus empleos productivos, su seguridad jurídica, personal y social junto con su derecho a elegir libremente la mejor manera de educarse y ganarse lícitamente la vida para ser útil a la Patria. Esto se logra luchando por un sistema político y económico sustentado en principios modernos, donde los activos públicos sean verdaderamente de los ciudadanos y éstos puedan ser conducidos hacia beneficios tanto individuales como solidarios a través de mecanismos de libre selección, sin la arrogante intermediación gubernamental que confisca los bienes que son de todos, en nombre del pueblo.


Los principios de una sociedad de primera



Compartimos los siguientes principios generales enmarcados en la más profunda tradición de la Patria y nuestros próceres libertadores. También, en el magnífico legado que nos aporta la sabiduría de la civilización occidental, a saber:


  • Libertad.

  • Igualdad de oportunidades.

  • Estado tutelado y gobierno limitado.

  • Soberanía económica individual.

  • Imperio de la Ley.

  • Democracia como sistema político para la resolución de los conflictos.

  • Orden republicano entendido como lo que es: Sistema de poderes públicos autónomos.

  • Tolerancia y respeto a las minorías.

  • Descentralización política y económica.



Queremos esto, nada menos y nada más.



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martes, marzo 08, 2005

¡Que no nos confundan!... El capitalismo supera moralmente al socialismo y crea riquezas




Antes de salir por enésima vez de viaje al exterior el Presidente abrió un debate importante.

Según su parecer el capitalismo sería un sistema económico fracasado que se debe desechar por ser causante del hambre que campea en el mundo.

Con razón que al Presidente le parece correcto comprar, con recursos del presupuesto, valga decir provenientes de impuestos y réditos de empresas públicas como PDVSA, bonos argentinos que para el mundo sensato por no decir capitalista tienen un valor parecido al de la chatarra y el mismo Chávez cada vez que puede hacerlo le recomienda a los paìses ricos condonar la deuda argentina.

Además dijo Hugo Chávez que el debate no estaba cerrado pero que si el capitalismo fracasó entonces lo que nos queda es el socialismo.

Bien, así planteadas las cosas el debate sigue abierto dado que el planteamiento presidencial no fue respondido como esperábamos quienes observan el mundo desde la óptica de las soluciones liberales, una de las cuales, en lo económico específicamente, es precisamente el capitalismo.

A tal respecto certifico que desde el campo oficialista pocos se atreven a opinar al respecto, a pesar de que el Presidente dijo que el debate no estaba zanjado y que su opinión era personal.

No nos asombremos: Nada tiene de extraño que en un país en el que el Estado es el mayor propietario de riquezas y donde gobierna un Presidente con características de caudillo, que reparte los recursos a su leal saber y entender, pocos sean los que se atreven a contradecir al jefe no vaya a ser que pierdan el chivo y el mecate.

NO SE CONFUNDAN: LA IZQUIERDA NO ES CAPITALISTA

Hay sin embargo quienes le han salido al paso a estas declaraciones.

Generalmente Se trata de personalidades que se declaran opositores de “izquierda” y que en el pasado luchaban por imponer en Venezuela un régimen como el que desde hace 46 años sufren los cubanos.

Quizás esta militancia izquierdista explique que estos opositores critiquen al Presidente pero no se atrevan a romper lanzas en pro del capitalismo en el cual no creen.

Y se comprueba que estos voceros de la oposiciòn izquierdista no creen en el capitalismo porque al contestarle a Hugo Chàvez no pasan de recordar la caìda del Muro de Berlín lo cual no basta para aclarar que los problemas de Venezuela no se resuelven con el socialismo propuesto por el Presidente.

Dicho esto comencemos entonces señalando dos cosas: Una que la idea de que una persona pueda enriquecerse mediante su trabajo no es inmoral en grado alguno.

Sigamos recordando que esa idea que en lo concreto se llama capitalismo es lo que ha permitido que en los últimos dos siglos el ser humano progrese al punto que hoy hasta los pobres vivan mejor que los soberanos que reinaban antes de la revolución americana.

El otro punto a destacar en este debate es que en Venezuela nunca funcionó nada que se pueda llamar capitalismo.

A comienzos de la república, en el siglo XIX, había mercantilismo –que es otra cosa- con amigotes de los gobiernos monopolizando una economía de mercados restringidos y aprovechándose para enriquecerse de la debilidad de una ciudadanía empobrecida y palúdica.

Se formó capital, pero lentamente, como cabría esperar cuando no existen las instituciones propias del capitalismo que son las que cimientan el crecimiento económico.

Luego, bien entrado el siglo XX, vino una mezcla de socialismo con las prácticas mercantilistas que caracterizaron al caudillaje andino que precedió a quienes se hicieron del poder mediante el golpe de estado del 18 de octubre de 1945.

Se permitió que el pueblo eligiera directamente al Presidente y algunos representantes de manera indirecta, por “planchas”, pero eso no significa que el sistema evolucionó hacia el capitalismo popular, basado en la libertad porque la economía siguió intervenida y los auges económicos que se vivieron se deben poner en la cuenta del capitalismo internacional que invirtió recursos en la entonces naciente industria petrolera venezolana y no en la cuenta de gobiernos intervencionistas que al favorecer a sus amigos, creándoles monopolios, ahogaron todo atisbo de creatividad que pudieran tener los empresarios venezolanos.

Eso explica que para el mundo nuestro país siga contando como productor petrolero y nada más, porque seguimos produciendo los mismos tres o casi tres millones de barriles de crudo que ya se habían producido en Venezuela en 1956 cuando la crisis del canal de Súez.

¡Situación que no quieren debatir, porque no les conviene hacerlo, ni el oficialismo, ni los políticos de “izquierda” que por una razón u otra adversan al Presidente, ni los tecnócratas de la llamada “vieja” PDVSA que administraron la industria petrolera como se administra un ministerio, a las órdenes de los gobiernos de turno, durante más de un cuarto de siglo!

Hubo entonces desde los años sesenta del siglo pasado socialismo democrático con los adecos, cristiano con los copeyanos, chiripero y convergente en el segundo debut del doctor Caldera y ahora radical con los seguidores del “proceso”.

Es obvio sin embargo, y de allí viene la confusión que tiene mucha gente que cree que aquí ha habido “capitalismo”, que el sistema ha tolerado el desarrollo instituciones propias del capitalismo como la bolsa de valores, la banca privada etc., pero igualmente son instituciones que se mantienes intervenidas por el Estado por lo cual se desvirtúan sus funciones.

Es como si a usted lo declaran “libre” para comprar lo que desee pero a condición de que lo haga en un desierto donde no hay nada que comprar.

Una burla que aprovecha Hugo Chávez cuando ladinamente fustiga al “neoliberalismo” sabiendo muy bien porque tampoco es que sea un tonto el Presidente, que este “neoliberalismo” que el FMI importó en Latinoamérica en los años ochenta no fue otra cosa que la continuación del estatismo socialista “por otros medios” como substituir empréstitos por nuevos impuestos, empresas del estado por monopolios entregados a gente amiga de los gobiernos y la creación de agencias “reguladoras” para seguir interviniendo la economía.

En Venezuela necesitamos urgentemente reformas que faciliten el enriquecimiento mediante el trabajo libre.

Esas reformas solo pueden ser las del capitalismo popular.

Algo que no ha existido nunca en el país.

¿QUÉ HACER?

En días pasados una persona amiga me recomendaba desarrollar lo que se debe hacer. Tiene razón.

En tal sentido lo primero es lo primero y a veces hay que avanzar sin mucha velocidad al principio.

Lo primero es aclarar en que consiste el cambio de sistema que le conviene a Venezuela porque la pobreza del debate que han promovido desde algunos medios tiene a mucha gente confundida, ahora y antes porque fue gente confundida quien eligiò a Carlos Andrès Pèrez, al doctor Caldera y a Hugo Chàvez al menos en 1998.

Cambio que le conviene sobre todo a la gran masa de pobres que jamás saldrán de su estado sin el apoyo de las verdaderas instituciones del capitalismo libre y popular.

A tal fin en RESISTENCIA CIVIL hemos desarrollado talleres de formación –no más de dos horas en total, cada uno- a los fines de aclarar la confusión que permite el que connotados izquierdistas se presenten como “soluciones” ante un país empobrecido tras décadas de erradas políticas sacadas del recetario que guía a los populistas latinoamericanos que como se sabe todos son izquierdistas. Ese es el primer paso, aclarar un panorama oscurecido por la pobreza del debate.

Quien esté interesado en organizar un taller de esta naturaleza puede comunicarse por el correo doalra@yahoo.com .

Pero siguiendo el camino de qué hacer digamos que la formación de cuadros es requisito indispensable para armar un partido que sirva de eficaz contrapeso político al izquierdismo de Hugo Chávez y sus seguidores.

Este partido que está en formación debe ser capaz de organizar un movimiento compuesto de venezolanos que saben lo que quieren y que por tanto no van a cometer los mismos errores que cometieron los venezolanos cuando eligieron al doctor Caldera creyendo que así superarían los males que basados en un análisis incorrecto de la realidad le atribuyeron a la corrupción de Carlos Andrés Pérez.

O el error que se cometió cuando reaccionando a la corrupción de masistas y convergentes se eligió en 1998 a Hugo Chávez Frías.

EL PROBLEMA NO ES LA CORRUPCIÒN SINO LA FALTA DE LIBERTAD...

El problema no es la corrupción porque esta es hija de la falta de gobiernoS limitadoS a cumplir sus funciones propias; y siempre existirá corrupciòn mientras no existan en Venezuela instituciones propias de la república en lo político y del capitalismo en lo económico, que puedan mantener a raya esta vergüenza.

Por lo demás el problema de los venezolanos estriba en que llevamos años de empobrecimiento generalizado, sobre todo a partir de los años noventa del siglo XX cuando los venezolanos cambiaron el socialismo “ligero” de adecos, copeyanos, masistas, convergentes y causaerrecos por el socialismo “duro” del actual Presidente... las consecuencias estàn a la vista.

Para que exista capitalismo debe haber antes que nada un estado limitado a cumplir con las funciones para las que fue creado –mantener el orden en las calles, administrar justicia, cobrar impuestos y garantizar la seguridad del territorio sobre todo-, una sociedad civil independiente del presupuesto –no como ahora que los Círculos Bolivarianos chupan del presupuesto los recursos que se necesitan en carreteras, cárceles, tribunales y policías; o como antes que las fundaciones puntofijistas hacían lo propio-.

Pero sobre todo no puede haber capitalismo en Venezuela sin mercados libres y la libertad de mercado hasta ahora no la apoyan ni los alcaldes que se suponen “escuálidos”.

El capitalismo popular debe construirse para que Venezuela progrese y es una bandera por lo que vale la pena luchar si queremos que haya menos pobres en el futuro.

El capitalismo popular es una idea superior en el plano moral al socialismo desde que al liberar al hombre fomenta la creación de riqueza y solo mediante este acto el hombre se separa de las bestias.

Primero lo primero y lo primero es aclarar.



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De las devaluaciones empobrecedoras... A unos Estados Unidos de Venezuela en libertad y prosperidad





“...el estatismo es profundamente inmoral e injusto,
y no sólo ineficaz a sus fines declarados;
el liberalismo es moral y justo, porque erradica la miseria
y difunde el bienestar..”


Alberto Mansueti


Era obvio que se produciría una devaluación del tipo de cambio oficial. Estaba anunciado en los cálculos del presupuesto 2005. La pregunta era únicamente: ¿Cuándo y como?. Para este “ajuste” en particular, afirmé muchas veces, que sería más pronto de lo esperado. Por el método tradicional de alzar en poco más de 10% el valor del dólar oficial.

Pero es obvio también que eso no será suficiente para que el gobierno pueda, crear de la nada, la cantidad de bolívares que requiere otro año de gasto público creciente.

Diseñado, como está, su gasto en función de objetivos político-electorales. No sólo internos. También, (con mucho peso “político” y “geoestratégico” revolucionario) externos. En el avance, y fortalecimiento del neo-izquierdismo globalizado. Eso requiere gastar más bolívares... y dólares. Al ver que la nueva devaluación es de 10,40%, mientras que la inflación oficial del 2004 fue de 19,2%, vemos que la necesidad del gobierno por crear más bolívares con los mismos dólares... no se satisface completamente.

LA MISMA HISTORIA

La mejor respuesta inmediata fue la de un destacado miembro del movimiento Liberal Libertario RESISTENCIA CIVIL, Larry Nieves, quien escribió en “El Liberal Venezolano” , “Imagine usted que de la noche a la mañana usted decidiera que necesita 10% más de ingresos. Así que de la noche a la mañana decide que por cada 100 Bs. que tiene va a crear 10 Bs. más. Así no más. Pues bien, eso es lo que acaba de hacer el gobierno”

Cuando el dólar andaba aún por los 1.600 bolívares, en los primeros tiempos del actual control de cambios, explicaba yo que: “Al afirmar que la devaluación en Venezuela es una transferencia de valor de la gente al Estado, lo que se dice es que siendo PDVSA -la fuente fundamental de divisas en Venezuela- propiedad del Estado, cuando los gobiernos gastan de más, -lo que para gobiernos izquierdistas es lo mismo que formular un presupuesto- pueden devaluar para cubrir su déficit de moneda local. Generalmente vemos que el gasto es en bolívares y el ingreso en dólares.” Eso ha sido desde el “viernes negro” hasta la fecha.

Y será así en tanto el gobierno socialista “de turno” sea propietario de la inmensa mayoría de los dólares que ingresan en la economía. Y tenga la tiránica autoridad de decretar controles de cambios, para entorpecer y encarecer, el acceso de la gente común a otras divisas diferentes de los bolívares, que infla y devalúa, para transferir su déficit hacia la población.

EL SIGUIENTE PROBLEMA

Esta devaluación no les será suficiente para transferir todas las perdidas, del gobierno a la población, por varias razones:

En el corto plazo:

1) No cubre el diferencial de la inflación “oficial”. Cosa indispensable, según la “sabiduría académica” de los economistas serviles del estatismo colectivista... Y en función del interés del Estado, contra el de los individuos, tendrían “razón” en eso. Pero lo pueden lograr con devaluaciones complementarias, abiertas o disfrazadas. Es obvio que vendrán. La pregunta nuevamente es: ¿Cómo y cuando? Estimo que primero disfrazadas, en operaciones de crédito público. Pero si algo impedirá que se cubran tales “diferenciales” en todo futuro, “corto plazo” será una tendencia “estructural” (de largo plazo) hacia el aumento de la participación, directa e indirecta, del gobierno en la economía, y por ende, de su tamaño y gasto.

2) Jorge Rodríguez, el presidente de Mercal (no el jefe del poder electoral revolucionario) ya declaró al diario El Universal (edición electrónica del 3-3-2005) que sería necesario aumentar los precios de la cadena de expendios de alimentos gubernamental. Seguramente no habrá tal aumento en lo inmediato. (Y quizás se reformulen con “explicaciones o protestas” las declaraciones del funcionario) En la práctica es irrelevante, si venden “a perdida” las perdidas se cubrirán del presupuesto público. Y los gastos del gobierno al final los paga la gente con inflación y devaluación. Es un asunto de tiempo. Se paga el aumento hoy, en precios de productos de Mercal, o mañana en un aumento mayor. Posiblemente de “otros” precios. La cosa es que el 40% de la población está comprando alimentos en una cadena gubernamental que puede venderlos “a perdida”. Mientras un café “servido en barra” subió aproximadamente 60% en los últimos cuatro meses. La próxima vez que algún economista le hable de inflación “represada”, ya sabe de que se trata en realidad.

En el mediano Plazo:

1) El Gobierno Venezolano, no ha reducido su deuda externa, aprovechando la coyuntura de unos altos precios petróleos. Ha “corrido la arruga” cambiando deuda de cercano vencimiento, por deuda de mayor plazo. Si sumamos los intereses que se pagarán durante los años adicionales. (Cosa que se les “olvida” considerar a quienes sacan cuentas sobre los crecimientos de la deuda). Aún con tasas de interés inicialmente menores. La deuda real es mucho mayor. (Si Ud. debe 100 dólares al 10% de interés, con vencimiento al año. Su deuda total, en realidad sería de 110 dólares. Pero sí practica la “ingeniería financiera”, Y transforma eso en una deuda de 100 dólares al 5% de interés, con vencimiento en diez años. Su deuda total, en realidad sería de 150 dólares. Como la realidad sigue siendo una sola, 150 es más que 110. ¿O se creería Usted que alguien tiene “su” realidad propia, en la que 110 en más que 150?)

2) El mismo Jorge Rodríguez informó al mismo diario que: “En Mercal los consumidores pueden encontrar hasta 200 productos de los cuales la mitad son importados. La posibilidad de incrementar el componente nacional va a depender de que aumente la calidad. Por ejemplo, el consumidor prefiere el pollo brasileño porque tiene un contenido de agua mucho menor al nacional; igual pasa con la mortadela y la margarina, que también vienen de Brasil”. Y es imposible que lo que resulte del “Combate al latifundio”; consigna populista, que cubre lo que en realidad es la sustitución de la propiedad privada en el campo, (que ya el paleo-izquierdismo adeco ya había hecho precaria con su fracasada “reforma agraria”) por una forma más precaria de propiedad colectivista servil, en cooperativas estrechamente controladas por el gobierno (que en un alarde de proteccionismo renovado se titula “desarrollo endógeno”) sea capaz de cubrir tales expectativas. Sí es producción nacional “endógena” será tan costosa, protegida de la competencia foránea, y de similar calidad, de la de los “empreliticos” puntofijistas de la “sustitución de importaciones”. Y en un sistema en que el Estado ejerce un control administrativo arbitrario del sector externo de la economía. Las dos soluciones estatistas para ese problema son “inflacionistas”.

En el largo plazo:

1) El gasto público ha sufrido un cambio de magnitud importante durante el período revolucionario, pues en 1999 arrancó en 18.8% del PIB y lo presupuestado para este año sería 31% del PIB. Otra cosa nueva es que ahora el “gasto ocasionado” es predeciblemente mayor al presupuestado. Así que pudiera sumar por ahí, entre 3 y 5 puntos extra del PIB, en un escenario moderadamente optimista de crecimiento del mismo. (El PIB por habitante ya sería otra historia) Así las cosas. No importa que los ingresos petroleros crezcan por la vía de los precios. Simplemente el gobierno está creciendo, más y más rápidamente, de forma sistemática y sostenida. Y así no hay ingreso extraordinario que no se consuma en tal crecimiento. Más bien, es sólo por los altos ingresos extraordinarios, que no se ha aumentado la deuda (interna y externa) en magnitudes alarmantes. (Respecto de sus montos históricos, ciertamente altos) Por ahora. Y si afirmo que se trata de una tendencia que se mantendrá en el largo plazo, es porque lo que se está poniendo en práctica es: “La Agenda Alternativa Bolivariana”, y eso, fue siempre un plan de incremento del grado de estatismo colectivista, diseñado en función del largo plazo.

2) El gobierno revolucionario ha iniciado una peligrosa política de colocación de divisas en títulos, de muy dudoso valor futuro, emitidos por sus aliados neo-izquierdistas. Me temo que no será un “caso aislado”, la anunciada compra de bonos de la deuda Argentina por 500 millones de dólares. Según canciller de Kirchner: "Se habló de la posibilidad de que países excedentarios de divisas adquieran bonos de deuda de otros países, concretamente Venezuela respecto de Argentina". ¿Excedentes” de divisas del gobierno de Venezuela? Primero. Hay un control de cambios que impide (o al menos dificulta y encarece en extremo) para el venezolano común, transformar ahorros en divisas que mantengan, razonablemente, poder de compra. Y sólo de segundo. Altos precios del petróleo, que no son “eternos”. Es preocupante la colocación de reservas internacionales, en bonos emitidos por un gobierno “maula y marrullero”. Culpable de un incumplimiento, (que ha durado años, ocasionado multitudinarias manifestaciones de repudio ante las embajadas Argentinas, en Holanda e Italia, por miles de modestos ahorristas estafados). Incumplidor por 102.600 millones de dólares (incluyendo intereses vencidos). Y "oferente" del canje de esas acreencias, por otras con un moto total de apenas 41.800 millones. Con la “voluntad soberana” de no pagar absolutamente nada para quienes no aceptaran “renunciar a los fuertes que prestaron, para recibir una dudosa promesa de pago por lochas. Sumemos eso con, los crecientes trueques (de gobierno a gobierno) de petróleo por productos y servicios, que se han señalado (desde los tiempos de la adecocracia, en que también se practicaban) por presunta sub-valoración del petróleo venezolano, y sobre valoración de productos y servicios “aliados políticos”. Y que sea precisamente la revolución Venezolana la que “corre en ayuda” de Rodríguez Zapatero, y su promesa de rescatar el quebrado astillero gubernamental español Izar, con la anunciada compra de Corbetas. (Y no es que con la situación las fronteras venezolanas, dentro y fuera, no se justifique la compra de armas) Es que la visión política estratégica de la revolución, en sus negocios “de gobierno a gobierno”. Y hay muchos más ejemplos. Genera infinidad de dudas, entre otras cosas, por su parecido con los desastres de similares políticas (para la República, no para los “negociantes) durante la “cuarta república”. Visto todo en el contexto de la estrategia neo-izquierdista globalizada. El riesgo financiero, es potencialmente enorme, para la República, y con ella, para los capitales, ahorros, ingresos, y esperanzas del futuro... de los venezolanos comunes.

LA SOLUCIÓN REAL

La solución real es un programa completamente contrario, tanto del socialismo paleo-izquierdista “de cuarta” (incluido ahí el neoliberalismo “paqueterico” que fue exclusivamente un intento de continuar el socialismo, por otros medios), como del socialismo neo-izquierdista, “de quinta”. Necesitamos una revolución liberal, que comience entregando su acción de PDVSA a cada ciudadano, para lo que tenemos que desmontar la totalidad del edificio jurídico, económico, y sobre todo conceptual, de todas las izquierdas venezolanas. Y sustituirlo con un pueblo, moral, conceptual y materialmente fortalecido; y un Estado concentrado exclusivamente en sus funciones naturales, dramáticamente reducido en gasto y tamaño. Con eso es posible desarrollar una política de “transición monetaria” que reintroduzca el bolívar de oro (para empezar) elimine la posibilidad legal del control gubernamental del sector externo (prohibiendo constitucionalmente los controles de cambios, y de precios, incluso durante los “estados de excepción”). Pagando gran parte del principal de la deuda externa, e interna (quizás toda) con la liquidación del 50% de los activos mercantiles del Gobierno. Para eliminar definitivamente el oneroso costo de los intereses que han representado hasta el 40% del ingreso fiscal ordinario, con precios petroleros relativamente bajos. Entregando el otro 50% directamente a la población, para resarcir de décadas de devaluación e inflación. Desarrollando alternativas novedosas de titularización individual, con transferencia permanente hacia todos, y cada uno, de los ciudadanos, de otros activos públicos, secularmente estatales, como el subsuelo o el espacio radioeléctrico. Recapitalizándo la población para sustituir todas las formas de propiedad colectiva, y propiedad precaria, por propiedad privada plena. Desregulando y liberando la economía para la deflación de precios, en una verdadera “revolución de la prosperidad”, con una nueva moneda dramáticamente revaluada. Y semejante revolución liberal, capitalista y popular, sería apenas el principio, de unos, liberales y federales, Estados Unidos de Venezuela. Y sería, en nuestro camino hacia la libertad, la prosperidad y la paz. Tan solo el principio.



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lunes, marzo 07, 2005

Derecha liberal devolucionaria: Única esperanza para la oposición venezolana




...aceptar que la inteligencia en parte es pasiva, no omnipotente, y que debe someterse y ser obediente, implica humildad. De hecho la verdad no es sino la humilde aceptación de la realidad.


Alberto Mansueti


Paso a paso, los neo-izquierdistas están tomando el poder por medios electorales, en la mayor parte del mundo. Y en cuanto alcanzan el poder se concentran en eliminar definitivamente lo poco que el paleo-izquierdismo socialdemócrata dejo del Estado de Derecho liberal.

El control totalitario del Estado, para transformar la sociedad. De lo que fue su evolución natural hacia la civilización a una utopía artificial irrealizable. Es su ampliamente declarado y conocido objetivo final. Que estén dispuestos a ser pacientes, en dónde tengan que serlo. No significa que se planteen quedarse a medio camino en parte alguna. No son socialdemócratas reformistas, son revolucionarios tan decididos como sus antecesores comunistas.

La Naturaleza del Neo-Izquierdismo



El neo-izquierdismo se parece mucho más al marxismo leninismo que a la socialdemocracia que está derrotando. Me atrevo a decir que es el verdadero marxismo renacido. Y que sus diferencias con el marxismo de principios del siglo pasado. Que son tan numerosas y notables, como superficiales y tácticas. Son producto del concienzudo estudio de las causas del fracaso del comunismo. En cada diferencia se puede ver un esfuerzo para no repetir el fracaso. El objetivo, no obstante, es el mismo. Y las consecuencias de "aliarse con el diablo" serán las mismas.

En un discurso del 29 de abril de 1918, Vladimir I. Ulianov, alías Lenin, declaró: " ....si bien es cierto que los pequeños propietarios y los pequeños poseedores, estuvieron de nuestro lado cuando tuvimos que combatir a los latifundistas y a los capitalistas, ahora nuestros caminos divergen. Los pequeños propietarios tienen horror a la organización y a la disciplina. Ha llegado la hora de que nosotros emprendamos una lucha implacable, sin cuartel, en contra de esos pequeños propietarios o meros poseedores."

Los arrepentidos



Sería muy interesante contabilizar los pasados financistas, activistas y votantes del temprano chavismo, entre los hoy atemorizados empresarios del agro. Y sería aún más interesante ver que opinaban del proceso hace tres años. Cuando la mayoría de los que conozco personalmente pensaban que la “Ley de tierras” no los afectaría a “ellos” sino “al vecino, que ese es un latifundista”.

Y entre los demás empresarios, que llegaron temprana o tardíamente al bando contrario a la revolución. Sería interesante medir la efectividad opositora de los “proyectos políticos” que apoyaron. Y muy especialmente ver cual es la posición de los políticos que los dirigieron. Sobre la propiedad privada de las tierras agrícolas, como derecho de todos los productores agrarios.

Les deseo suerte con sus tierras, o sus bienechurias. A los que expropien, espero que les indemnicen. Y a los que no, espero que encuentren la forma de salir adelante. Pero pase lo que pase. Lo que realmente espero es que, afectados o no, aprehendan de la dolorosa experiencia.

Al final de cuentas. Es muy duro trabajar la tierra donde delitos como la extorsión, el secuestro, el abigeato, las invasiones de tierras ajenas, etc., campean. Dura es la falta de policía, de justicia, de obras públicas, de seguridad jurídica. Como dura es la presencia de la guerrilla, y otras formas de crimen organizado, de la naturaleza, nacionalidad, o disfraz político que sea.

Los vivos sin esperanza y los tontos esperanzados



También sería interesante contabilizar los millonarios recursos que empresarios “disidentes” más que “opositores” dedicaron a financiar los cantos de sirena una oposición fracasada. Pero más interesante es entender las razones por la que esto ocurrió. La promesa de la oposición fracasada fue siempre que la solución sería ¡mañana!. A más tardar... en unos meses. Y desde las enajenadas amas de casa del paro general, pasando por los no menos alucinados petro-burócratas, hasta los enloquecidos empresarios. Todos escucharon lo que quisieron, la mentira. Y se negaron a escuchar lo que no quisieron. La verdad.

Carentes de una ideología diferente al neo-izquierdismo de la revolución. Y sin esperanza real de recuperar el poder. Los políticos izquierdistas de oficio. Repitieron lo que “su público” quería escuchar. La mentira. ¿Lo creyeron ellos mismos, por la desesperación de haber perdido la piñata pública, que en Venezuela se llama gobierno? Algunos, pero sólo algunos. Otros la capacidad de “oler” donde está el apoyo real de la mayoría de los votantes. Y dónde no está. Lo importante es que lo creyeron millones de opositores. Desde el más humilde. Que fue el más noble en su circunstancia. El que cruzó el Rubicón de perder lo que escasamente le dejen las misiones, sin tener a cambio ni aún la esperanza de una alternativa real. Y que sólo tuvo para poner su firma y su voto. En rechazo de lo que ya entendió que no será mejor que lo de atrás. Hasta el acaudalado, que desperdició ingentes haberes en los cantos de sirena de su propia torpeza. Pero aún sigue siendo el miembro de los mejores clubes. Y teniendo haberes importantes. Aunque fuera de aquí no será más que un “tal por cual” medio acomodado.

Los más tontos, que se creyeron más vivos



Mi opinión sobre en ridículo fracaso de las ambiciones políticas de los empresarios de los medios grandes: Tienen años financiando la torta de anti-partidismo, la izquierda “intelectual”. Y han estado más preocupados por evitar la competencia que el comunismo. Así las cosas. Ellos, y los comunicadores que se “ilusionaron” con un papel para el que no estaban capacitados. Pusieron la torta... Y el Ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Defensor y propugnador de una clara y bien definida ideología neo-izquierdista globalizada. Constructor de un partido político ideológico. Líder indiscutible de la única izquierda que de verdad tiene el grueso de los votos que a la izquierda puedan corresponder en Venezuela. Y gobernante que se ha ocupado de llevar tan lejos como ha podido, su proyecto político, por todos los medios a su alcance. Y que luce, aquí y en todo el mundo, dispuesto a llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Es decir: El que está haciendo la revolución. Llegó y se comió la torta.

La revolución avanza



Así las cosas. Yo no puedo saber hasta donde llegará el proceso revolucionario en el agro. En Venezuela y en lo inmediato. Pero tengo claro que un objetivo del neo-izquierdismo es que la mayoría de la actividad productiva sea “alternativa”. Y que la totalidad de la actividad económica -aunque no esté directamente controlada por empresas gubernamentales- se sujete al sistema de planificación y comando del gobierno.

Me parece que prefieren las empresas gubernamentales sólo en muy determinadas actividades y escalas. Más bien limitadas, aunque “estratégicas”. Pero en el entendido que es el gobierno el que planifica, lo que hacen las empresas, cooperativas, y demás, que no pertenecen al gobierno. Corresponde a nuestros economistas explicarnos los porques de tal preferencia. Yo me limito a suponer que es casual ni caprichosa. Y que debe tener relación con lo algo que identifican como una de las causas del colapso soviético.

Lo que sí puedo saber que el neo-izquierdismo avanzará más, y más rápido. Ahí, dónde lo que se le oponga sea incapaz de dar una, muy larga, batalla ideológica y política de fondo. En Venezuela existen las reservas intelectuales y políticas para dar esa batalla. Pero quienes más interesados deberían estar en fortalecerlas, hasta la fecha se han concentrado en lo contrario. Nada lograron con “otra” izquierda, ni con “la fuerza” que no tienen... y que no pueden comprar. Menos lograran intentando “asimilarse” pues hay espacio para pocos. Hay quien estuvo desde el principio. Dió prueba de su lealtad y compromiso con la revolución. Ambiciona hoy ocupar los espacios privilegiados de los aspirantes a “colaboracionistas”. Y estará más que dispuesto para los términos y condiciones del proyecto. Que además entiende y comparte. Así que los que logren “asimilarse” no tendrán más que las sobras. Y la mayoría simplemente no serán admitido.

Alea jacta est



El paleo-izquierdismo socialdemócrata realizó una transferencia enorme de recursos de la población al Estado por medios de las inflaciones y devaluaciones. Lo que así se enriqueció, es “anacronismo” de Estado patrimonial, monopolista del suelo, subsuelo y poderes del Antiguo Régimen. El neo-izquierdismo avanzará, sin prisa y sin pausa, para profundizar aquello y “llevarlo hasta sus ultimas consecuencias”.

Así están las cosas en Venezuela. En realidad, no hay salida para los opositores. O se suman rápida y decididamente en la oposición de una nueva derecha liberal devolucionaria. Que si tiene la esperanza de alcanzar el poder. Y revertir el proceso transfiriendo las riquezas usurpadas por los gobiernos a la población. Lo que además de “revolución” sería “devolución”. De ahí lo de “devolucionaria”. Y aunque la victoria final no llegará mañana, ni en unos meses. Llegará sin duda en un futuro, que aún veremos. Aquí y en todo el orbe. O toman su única otra opción, y se rinden de una vez y para siempre. Por lo demás. Tampoco es salida Maiquetía. Al menos para quien piensa en el hijo que tiene, y en los nietos que aspira conocer. El proyecto neo-izquierdista está entre quienes luchan una guerra ideológica globalizada... Y entre los que la están ganando. ¿Me explico?



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miércoles, marzo 02, 2005

Los ecologistas mienten. ¡Y lo saben!... El impacto ecológico se reduce únicamente con crecimiento ilimitado de mercados libres



El crecimiento económico siempre mejoró el nivel de vida de toda la humanidad, al mismo tiempo que esa humanidad crecía en cantidades inimaginables. Pero también es el crecimiento la única salida que la humanidad tiene para detener la contaminación y el desperdicio de recursos. Como bien dijo el economista Paul Romer tanto los gavilanes como la gente gustan de comer pollos, pero mientras más gavilanes significan menos pollos, más gente significa más pollos.


En 1798 Thomas Malthus publicó su ensayo de principios de la población en el que afirmó que mientras la producción de alimentos crecía en proporción aritmética ( esto es 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10, etc.) la población lo hacia en proporción geométrica (esto es 1,2,4,8,16,32,64, 128, 256,512, etc.). Malthus basó su tesis en dos presupuestos:

De un lado, consideró que el crecimiento de la población se mantendría inalterado por la intensidad del deseo sexual, lo que parecía bastante coherente en su tiempo, pues todos los datos históricos disponibles indicaban que la población únicamente se reducía por epidemias y hambrunas. Del otro lado, dio una de las primeras explicaciones de la Ley de los rendimientos decrecientes. Entendía Malthus que aunque toda la tierra cultivable llegase a usarse, cabía aún incrementar la producción mejorando las técnicas de producción, el problema es que cada mejora produce un incremento inicial que decrece en la medida en que el uso de la mejora se incrementa. La explicación más simple de esto es que si se aumenta él numero de trabajadores en un campo de cultivo, de uno a dos, posiblemente se duplique la producción, pero un tercer trabajador producirá un incremento menor, y cada nuevo trabajador producirá incrementos cada vez más pequeños de producción, hasta que el exceso de trabajadores en el campo pisotee la cosecha en lugar de producir más. Lo mismo pasa con cualquier maquinaria o insumo nuevo.


Si el rendimiento de los bienes de capital es decreciente, el crecimiento de la producción tiene limites, y si el crecimiento de la población no los tiene, el resultado de tal contradicción serán sucesivas hambrunas, afirmó Malthus.



Los neo-malthusianos



Todos las propuestas políticas que se colocan bajo banderas ecologistas se basan en variaciones teóricas sobre la tesis de Malthus. Esto tiene enorme importancia en los primeros años del siglo XXI, ya que las teorías marxistas ortodoxas de siglos pasados, basados en el razonamiento circular de la plusvalía, basadas en un valor trabajo superado por la teoría del valor marginal, han sido progresivamente abandonadas por un neo-comunismo que adopta el marginalismo, pero por la vía maltusiana, para sostener la necesidad de limitar el crecimiento económico por razones ecológicas.



Si bien la imposibilidad práctica de la planificación estatal de la economía fue demostrada desde las primeras décadas del siglo pasado por el economista Ludwid Von Mises, y evidenciada por los colapsos económicos, políticos, ecológicos y poblacionales en sociedades que aplicaron tales principios, como la URSS o Camboya, aun existe un substrato cultural mayoritario favorable a tales tesis en la mayor parte del mundo. Dicho substrato deberá cambiar en la medida que las sociedades más centralmente planificadas sigan colapsando o evolucionando en otros modelos de organización más humanos- pero el neo-comunismo se ha adelantado a tales cambios proponiendo una nueva construcción teórica colectivista que se basa en los modelos neo-malthusianos.



Ecologismo político, primer antecedente



Desde mediados del siglo pasado los académicos han venido construyendo diligentemente un nuevo conjunto de teorías anti-capitalistas que han alentado el crecimiento de un ecologismo político que incluye desde partidos como el partido verde alemán, pasando por ricas organizaciones transnacionales como Grennpeace, hasta pequeños grupos terroristas defensores de los derechos animales. El aliento teórico de todos se basa en el criterio académico de extender las tesis maltusianas de los alimentos a una amplísima gama de recursos, para predecir todo tipo de catástrofes inminentes.



Desde la universidad de Stanford, el biólogo Paul Ehrlich, Lester Brown y el equipo que desarrolló el famoso informe Limites del Crecimiento, para un grupo de poderosos burócratas, políticos y directivos de corporaciones unidos en el Club de Roma, todas las catástrofes posibles han sido anunciadas para el futuro cercano por los teóricos del ecologismo maltusiano. Sería gracioso ver como las catástrofes se van corriendo en el tiempo, de la misma forma que las superficiales opiniones favorables de algunos famosos economistas, sobre la planificación central desaparecen de las nuevas ediciones de sus viejos tratados sin explicación alguna para el lector-, pero no lo es porque las soluciones propuestas por tales aspirantes a aristócratas mandarinescos son la causa de que las tragedias ocurran, pero únicamente a las poblaciones sometidas a sus recomendaciones por gobiernos totalitarios.



Paul Ehrlich, quien aún afirma que la mayoría de la gente no reconoce que, al menos él los países ricos, el crecimiento económico es la enfermedad no la cura afirmó desde 1968 que sería imposible que la India alimentara a 200 millones adicionales de personas para 1971. En la edición de 1980 de su libro, la bomba poblacional, omitió todos los comentarios sobre el asunto, posiblemente porque los hindúes estaban exportado excedentes de granos a la URSS en 1980. Los académicos sofistas del colectivismo demostraron a finales del siglo pasado su completa falta de ética profesional con ese tipo de ediciones revisadas de sus libros, porque su objetivo nunca fue la búsqueda de intelectual de la verdad, sino la construcción de soportes teóricos para el ecologismo político.



El colectivismo ecologista anti-tecnológico


Más o menos irracionales, los ecologistas políticos van desde las tesis de desarrollo sustentable, que no es otra cosa que reducir la producción de bienes y servicios empobreciendo intencional y planificadamente a la población en función de la conservación de recursos, hasta quienes simplemente proponen destruir la civilización y regresar al equilibrio ecológico de los grupos humanos menos eficientes del paleolítico inferior.



Con ecologismo político se cumple la Ley de los rendimientos decrecientes, de hecho su caudal electoral crece sólo hasta cierto punto y bajo ciertas circunstancias, pero no es capaz de dar una respuesta política integral a la mayoría. Ese papel lo tiene el neo-comunismo, que integra el malthusianismo de los ecologistas políticos desarrollando coherentemente sus implicaciones más obscuras. Los teóricos presentan la ecuación  I = PAT, esto es: impacto ambiental es igual a producción multiplicada por consumo, por afluencia y por tecnología.



Esto es ridículo, de hecho toda la evidencia  paleontológica, arqueológica e histórica muestra que la introducción sistemática de nuevas tecnologías reducen el impacto ambiental de la producción, pero si las tecnologías no se modificasen, la ecuación sería correcta. Desde que Marx y Engels afirmaron que el fusil de retrocarga de la guerra franco-prusiana sería el máximo desarrollo posible de tecnología en ese campo, hasta que Mijail Kalasnikov diseñase el AK 47 en la muy marxista URSS, y en el presente, los teóricos colectivistas siempre se han mostrado extremadamente prejuiciosos con las nuevas tecnologías. La única construcción teórica que ha servido para justificar tal prejuicio, es la q que se deriva del ecologismo neo-maltusiano. Un ecologista como Michael Tobías afirma que Tendrán que constreñirse drásticamente las libertades básicas, puesto que no habrá suficiente aire y agua limpios, mientras que un profesor de medicina de la Universidad de Leeds en el Reino Unido defiende el no transferir a los pobres del tercer mundo la tecnología medica básica que evite una alta tasa de mortandad infantil, a menos que previamente se implementen severos programas de control de la natalidad.



El neo-comunismo


No es casual que en La República Popular China se implementasen los programas de control de la natalidad más severos del mundo, en China no existe el concepto de derechos individuales en el substrato cultural predominante, el comunismo marxista chino no fue una novedad, sino una variación sobre el mismo tema.


>Estudiar la historia de la tecnología china es una de las primera claves del absurdo neo-comunista, pero también muestra que los absurdos se imponen.


Si el malthusianismo fuese conceptualmente cierto, el crecimiento de la producción conduciría fatalmente a catástrofes ecológicas que reducirían la producción y finalmente llegaríamos realmente a las hambrunas globales pronosticadas como inminentes desde hace ya más de dos siglos. Para evitar tales catástrofes, los ecologistas proponen un empobrecimiento intencional, más o menos severo, en el frente económico y severas medidas de planificación familiar en el frente poblacional. . Para el neo-malthusianismo, la mejor organización de la sociedad no sería aquella capaz de producir un bienestar creciente para una población creciente, sino aquel capaz de detener ordenadamente el crecimiento de producción y población y distribuir la producción decreciente de la forma más equitativa posible. Como los marxistas ya han demostrado su incuestionable capacidad de producir y distribuir pobreza mediante planificación central de la economía, el neo-comunismo simplemente ponen los objetivos en concordancia con las capacidades. Mientras el objetivo de la planificación estatal de la economía fue una producción mayor que lo obtenida bajo un sistema de mercado relativamente libre, las únicas industrias que crecían en cada plan era las relacionadas con en control militar y policial de la población y el territorio.



Ahora no sería necesario falsear estadísticas de crecimiento, la reducción de la producción como objetivo es incuestionablemente alcanzable con la organización colectivista de la sociedad bajo el control de un estado totalitario... y eso es el neo-comunismo.



Un detalle que confunde a muchos es que el neo-comunismo tiende a poner más énfasis en el control jurídico indirecto leyes y reglamentos- que en la propiedad estatal de los medios de producción, pero eso lo único que indica es que los neo-comunistas han comprendido mejor la naturaleza de la propiedad privada que los marxistas.



Lo importante no es sólo que la teoría neoclásica del crecimiento económico, en la que se apoyan aplicaciones inconsistentes de Ley de los rendimientos decrecientes a la economía en general, sea falsa sino que la ley neo-malthusina de I = PAT en realidad debe ser  I = PAR / NT pues si entendemos que P es resultado de la tecnología existente, y que el impacto ambiental de la producción será mayor en la medida en que se le someta al mayor número de regulaciones (R)  lo que reduce I es la introducción de nuevas tecnologías NT.  Y la Novedad Tecnológica es tanto como NT = T IT D, que es Tecnología, multiplicada por Ideas y Técnicas Productivas, multiplicadas por Demanda (D). Mi respuesta es entonces I = PAR / T IT D. Y aún así se puede discutir mucho el asunto de la "afluencia", pero si entendemos que mientras mayor sea la demanda, y por ende la producción, menor será el impacto ambiental de cada nueva unidad de producto, mi ecuación resulta una aproximación (y sólo eso)  más realista a lo que realmente ocurre que la tontería de I = PAT.



Los limites mentales


Todas las generaciones humanas que nos han dejado registros al respecto, parecen haber percibido limites materiales al crecimiento, ya que entendían el crecimiento como la suma (o multiplicación) de recursos materiales limitados



Los economistas somos históricamente culpables de pensamiento bifactorial, quizás por ignorancia histórica ya que el estudio escolástico temprano de los problemas catalácticos  fue mucho más integral que la posterior aproximación de los economistas clásicos.


Este se relaciona con los limites que el sustrato cultural dominante anglo latino establece al desarrollo del estudio de la acción humana, pero también con los limites que el sustrato cultural céltico germano establece a la popularización de sus construcciones teóricas propias.



o, la última constricción teórica que intento explicar el crecimiento desde un punto de vista bifactorial, fue no por casualidad la teoría neoclásica del crecimiento desarrollada por el premio novel de economía Robert Solow.



La teoría establece que el ahorro agregado financia las adiciones de capital y que la adición inicial de capital tiene un producto marginal muy elevado. Si se ahorra en forma constante, cada fracción generada por cada nuevo capital agregado, podría exceder lo necesario para equilibrar la depreciación de los bienes de capital y permitir dotar a los nuevos trabajadores de nuevos bienes de capital. Como el capital por trabajador se incrementa de esta forma, el rendimiento del capital decrecerá hasta generar un declive en el producto marginal del capital con lo que los ahorros generados por el ingreso también se reducirán y ahí la economía entraría a una producción estacionaria. Y ciertamente una economía no puede crecer acumulando más bienes de capital, que al final no son más que herramientas, más o menos sofisticadas, ya que el uso de cada nueva herramienta agrega una cantidad de producción marginal menor que la herramienta inmediata anterior.



El problema es que todos los modelos predictivos que establecieron limites al crecimiento basados en este modelo se han estrellado contra la realidad, la producción no deja de crecer sin que los teóricos puedan explicarlo.



Las nuevas ideas


El economista Paul Romer ha sido el primero en introducir la realidad en las construcciones teóricas del crecimiento al dividir los insumos en bienes rivales y no-rivales, o cosas e ideas. El punto clave está en que son bienes rivales aquellos que por su mera suma generan un rendimiento marginal que se reduce, mientras que son no-rivales aquellos que por su naturaleza pueden seguir agregando rendimiento marginal creciente al sumarse a la producción. Empíricamente siempre fue obvia la existencia de bienes no-rivales, la cosa es que su existencia no había sido considerada nunca explícitamente por las construcciones teóricas de la ciencia económica. Los mejores economistas habían introducido esto implícitamente en sus razonamientos desde Von Bonbaber, y los objetivistas lo había hecho claramente explicito en su filosofía ética, pero fue Romer quien lo usa para presentar una nueva teoría del crecimiento basada en la transformación de una configuración de cosas de bajo valor en otras de alto valor por la introducción de nuevas ideas. Las ideas no tienen rendimiento decreciente, cada nueva idea puede agregar mayor valor que la anterior, y no hay un limite al numero de nuevas ideas que se pueden emplear en la producción, los bienes de capital llegan a estorbarse entre sí, las ideas no.



Romer explica que tanto los gavilanes como la gente gustan de comer pollos, pero mientras más gavilanes significan menos pollos, más gente significa más pollos. La gente es capaz de incrementar el número de pollos para comerlos criándolos, y es capaz de generar un constante flujos de nuevas ideas que mejoran los métodos de crianza para incrementar él numero de pollos muy por encima del que la naturaleza hubiese establecido en un equilibrio entre las especies. Los gavilanes sólo pueden cazar pollos.



La verdadera demanda



Un problema de la ciencia económica es el mal uso de los idiomas -si bien hay que entender que el problema no se circunscribe a la economía- en general hablamos de modelos teóricos como si fueran entidades físicas y de las entidades físicas como si fuesen modelos teóricos. La ciencia económica no sirve de nada cuando se dedica a estudiar agregados estadísticos. Su objeto es estudiar lo que los seres humanos hacen para producir e intercambiar bienes y servicios a fin de satisfacer sus deseos. Cuando se olvida que estamos estudiando deseos humanos, se perdió el rumbo. No existe en realidad demanda de gasolina, lo que hay es demanda de combustible y esta sólo existe en la medida que hay demanda de transporte lo que al final significa que los humanos deseamos movernos de un lugar a otro, y que siempre demandaremos los medios más eficientes y cómodos que tengamos al alcance para cumplir ese deseo.



A lo que los economistas llamamos insumos,  la química llama compuestos nos dice que todos los compuestos son resultado de la combinación de algunos de los elementos expresados en la tabla periódica, suponiendo que no se descubrieran nuevos elementos, al combinar cuatro de ellos para lograr un compuesto totalmente nuevo se pueden obtener 94 millones de nuevos compuestos, y si variamos las proporciones de 1 a 10 (sin fracciones) llegamos 330 mil millones de nuevos compuestos. Lo único que se necesita para satisfacer la verdadera demanda, la demanda de soluciones para satisfacer deseos, son nuevas ideas.



Cada nuevo proceso de producción tiende a generar sub-productos no deseados, pero mientras la producción aumenta, no crecen proporcionalmente los subproductos no deseados.



El dilema de la contaminación



El gran dilema de la contaminación es que mientras más nuevas tecnologías aparecen, y la producción se incrementa, menos contaminación se produce como resultado de los procesos productivos, menor producción parece implicar mayor contaminación. Si esto es cierto, y lo es, las soluciones del neocomunismo ecologista no solo traerán mayor pobreza, sino mayor contaminación. Se han adelantado muchos razonamientos sobre el que las sociedades prosperas son capaces de demandar la reducción de las externalidades, darle valor al aire y agua limpios requiere haber superado la etapa de la lucha diaria por producir la cantidad de alimento necesaria para no morir. Pero la clave del progreso humano es realmente menos dramática, y menos generosa y menos conciente. Los desperdicios tienen una característica clave, son muy baratos como insumo, de hecho, en las sociedades prosperas la gente está dispuesta a pagar por alejarlos de su presencia.



Si se puede encontrar una forma de transformar un desperdicio indeseado en algo deseable, se ha ideado un progreso en los métodos de producción, se ha incrementado la producción y el bienestar de la sociedad e incluso es posible que se haya reducido la cantidad de desperdicios en el ambiente. Pero nadie lo ha hecho por eso, sino para enriquecerse produciendo algo que los demás desean a bajo costo.



El proceso de producción de bienes intercambiables parece haber surgido en el paleolítico a partir de ideas para usar los desperdicios de las actividades primarias proveedoras de comida. De hecho, existen sólidos indicios en la investigación de restos prehistóricos como para suponer que las primeras industrias capaces de generar bienes susceptibles de intercambio usaron desperdicios contaminantes como insumos de nuevos productos empezando con la utilización de las partes no comestibles de los animales cazados o rapiñados.





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¿Por qué la gente se confunde?... Consecuencias de la perdida del realismo metafísico




También se extienden las malas ideas...
Cosa por demás fácil en tiempos en que la lógica, la razón y la verdad...  ...son rechazadas y escarnecidas por la basura ideológica del relativismo...


Guillermo Rodríguez


Los conceptos de ley, orden, bien común, Gobierno y libertad se han pervertido. Vea no más estos casos:

Hoy se considera “Ley” cualquier mandato de un parlamento, sin consideración alguna a si es o justo o injusto; racional o irracional. nos aparecen lluvias de leyes injustas e irracionales, que destruyen los tejidos sociales naturales, constituidos por relaciones interpersonales espontáneas: familiares, amicales, económicas, educativas, de afinidad en las creencias, etc. Otro caso: “orden” es la disposición de muchas cosas para un fin común, y sin duda el fin común de la sociedad es su bien general, y para eso el Gobierno es necesario. Pero por su naturaleza esencialmente represiva, la contribución gubernamental al bien común es administrar justicia, atender a la defensa común, construir obras públicas como caminos y puentes, y nada más. Por su lado, cumpliendo sus funciones respectivas, la familia, la empresa, la escuela, y otras instituciones igualmente privadas también contribuyen al bien común, tanto o más que los Gobiernos, con el cual sin embargo ellos quieren identificarse exclusivamente.

Pero hoy los Gobiernos carecen de límites, comenzando por los conceptuales, y salido de sus límites, todo Gobierno es más estorbo que ayuda al bien común. Pero aunque el Gobierno es sólo la cabeza del Estado o cuerpo político, la primera expresión fue reemplazada por la segunda, en una serie de cambios semánticos de cuño totalitario, que nos impuso a todos una terminología colectivista.

Otro (mal) ejemplo: la libertad. Es mal entendida o rechazada. Se acepta la libertad entendida mal, como ausencia de necesidad, o poder de hacer la voluntad lo que le antoja, sin límites; lo cual es necio, porque todos querríamos ser amados, ricos, educados, sanos y vivir para siempre o algo así ... Pero no podemos, y no por ello no somos libres, o lo somos menos. También se entendió mal la libertad de expresión, como derecho a decir uno lo que le viene en gana, sin consideración alguna por la verdad objetiva, y así se acepta. Se rechaza en cambio la libertad entendida bien, como ausencia de coacción o restricción externa arbitrariamente impuesta, para autodeterminarse cada cual, pero dentro de la naturaleza y condición propias, y respetando igual derecho en los demás.

¿Por qué esta confusión? Porque se perdió el realismo metafísico, marco de referencia común para pensar con orden y verdad, y corregir desaciertos y desafueros. Su desaparición fue gradual. Comenzó por ser considerado como sólo una corriente o escuela de pensamiento entre otras, y eso a partir del Renacimiento. Posteriormente fue siendo eclipsado por las “otras”, y relegado cada vez más -desde la Revolución Francesa-, hasta olvidarse por completo. Desapareció primero de las carreras de Filosofía y Ciencias humanísticas. Y después, su positiva influencia desapareció del bachillerato, de la escuela elemental, de la religión, y por último, de la prensa y opinión pública.

Aunque a distancia en el tiempo, muchas y muy graves son las consecuencias de su falta, y se dejan sentir en todas las esferas. Trataremos de resumirlas.

# Pérdida de los conceptos elementales para entender la realidad. El realismo metafísico era el conjunto armónico de instrumentos conceptuales y analíticos indispensables para la comprensión objetiva: orden, fin, límite, etc. P. ej. el concepto de causa, que el filósofo inglés David Hume -s. XVIII- se empeñó en destruir, como si las cosas no tuviesen causas (cuando la palabra “cosa”, procede precisamente de “causa”). Después de Hume vino Kant, y terminó de demoler esos conceptos, y todos los de su género: naturaleza, esencia, forma, acto y potencia, sustancia y accidentes, etc. Nociones y vocablos que ahora carecen de sus contenidos precisos, o de ellos no queda ni recuerdo. Por eso la gente piensa de maneras cada vez menos claras y menos realistas.

Es más, Kant decretó imposible la Metafísica: el saber acerca del ser y de la realidad en general. Era el hogar de residencia natural del realismo; y cuando Kant y sus seguidores demolieron sin piedad la Metafísica, se procedió al desalojo inmediato del realismo, sin más trámite. La otrora parte primera, medular y más gruesa de la Filosofía -y más amigable y servicial-, fue tratada como inútil antigualla medieval, impropia de los “tiempos modernos” de la ciencia y el progreso.

# A la gente le falta la estructura conceptual para comprender. ¿No le parece trágico?

El más importante y básico de los conceptos realistas perdidos era el de “naturaleza”: configuración y contenido propios de cada cosa, según su especie y género. La naturaleza de algo no se puede violentar impunemente sino con grandes costos. En otras palabras, su “forma”, que no es secundaria o sin importancia, e implica un conjunto de potencialidades; por eso es imposible “transformar” o convertir una cosa en otra, si no tiene la “potencia” o capacidad para ello.

Un ejemplo: el Gobierno, tiene una naturaleza -represiva-, de la cual nadie puede sacarlo, so pena de infligir graves desórdenes, males y sufrimientos a la sociedad. Por su naturaleza el Gobierno es juez, alguacil, policía y soldado. Así que más vale se use para eso. Por más que se quiera, no puede hacerse el Gobierno comerciante, industrial, agricultor, maestro, médico, artista y hermanita de la caridad; y si se intenta, va a haber mucho problema. Pero nunca se va a entender esto si falta el concepto de “naturaleza”. Los fines, causas, formas y modos de las cosas, son sus determinantes “metafísicos” -más allá de sus características sensibles, palpables y observables-, no por ello menos reales. Y la naturaleza de algo, en tanto objeto de conocimiento, es su inseparable “esencia”, otro concepto metafísico fundamental, que adhiere el realismo a la razón, o facultad para entender las cosas como son realmente.

# La realidad quedó divorciada del pensamiento y el lenguaje, y éstos entre sí. Demasiadas veces se habla y se escribe hoy sin lógica, sin sentido, y hasta sin gramática. Es porque se perdieron los conceptos realistas, que se expresaban naturalmente en el pensamiento y el lenguaje.

Mientras duró la influencia del realismo en la forma de pensar, hablar y escribir, la inteligencia reflejaba la realidad -con la lógica al control-; y la expresaba mediante una sintaxis correspondiente. Y esto de modo natural, tanto en la persona culta, como en la iletrada, en su caso con conceptos y palabras más sencillas. P. ej. un ser, sustancia o ente -cualquier cosa que existe-, podía ser objeto de conocimiento, y a la vez sujeto lógico, de una proposición. Y sujeto gramatical, de una oración. Y sus categorías predicables -acción, cualidad, cantidad, tiempo, lugar, etc.- daban lugar a las otras categorías gramaticales: verbo, adjetivo, adverbio, complemento, etc.

Todas estas buenas relaciones se cortaron. La realidad se hizo entonces más ardua de aprehender en conceptos racionales, y de expresar de modo adecuado. Y ahora la racionalidad ya no sirve como instrumento confiable de evaluación y control de acciones, personas e instituciones; la política y demás facetas del comportamiento práctico perdieron asiento racional firme, las emociones desbocadas predominan, y el lenguaje sirve para incomunicarse.

# El despelote filosófico. Me dirá Ud. ¿Qué importancia tiene lo que piensen los filósofos? Muchísima, porque con el tiempo sus ideas y mensajes se van filtrando a la gente, mediante la educación, los medios comunicacionales, la religión y el entretenimiento.

El realismo filosófico era completo y muy equilibrado: a todos y a cada uno de los elementos de la realidad correspondía su concepto o correlato en el pensamiento y lenguaje.

Al faltar el realismo, cada filósofo cogió un concepto con exclusión o menosprecio de los demás, e hizo facción propia. La Filosofía se quebró a lo largo de una serie interminable de dicotomías falsas: lo particular vs. lo universal; sentidos vs. razón; materia vs. espíritu; naturaleza vs. libertad; ser vs. existir. En sus respectivas ramas, se enfrentaron nominalistas y universalistas, empiristas y racionalistas, materialistas contra espiritualistas e idealistas, deterministas y mecanicistas contra voluntaristas y librealbedristas absolutos ... ¡Hasta combatieron los fanáticos del ser y del existir (esencialistas y existencialistas)!

Cada profesor inventó su sistema propio. Qué locura, ¿no? Es como si en Medicina quitasen la Anatomía, y los partidarios de la vista enfrentasen a los del oído, los de las piernas a los “bracistas” (incondicionales de los brazos), y así. La Filosofía se redujo a su accidentada historia posterior, esa aburrida “Galería de Héroes”: lo que pensaba Fulano, y Zutano, y si Mengano siguió a éste o al otro. La atención se centró en sus abstrusas “teorías del conocimiento” como casi único tema, algunas de lo más estrafalarias. De hecho ciertos “sistemas” filosóficos daban risa ... hasta que pese a su aparente inofensividad, de ellos dedujeron ciertas conclusiones que desataron extrema violencia en muchos países, con sangrientas revoluciones, guillotinas y paredones, bombas y morteros, y guerras brutales con asesinatos masivos, tipo industrial (cámaras de gas).

Desconfianza en la razón y hasta en la realidad. Sin reducir la filosofía a la teoría del conocimiento, el realismo enseñaba que es posible conocer objetivamente las realidades.

Pero las guerras filosóficas, y las otras, suscitaron relativismo, escepticismo, subjetivismo, utilitarismo, “positivismo”, pragmatismo; “ismos” que tenían en común su descreimiento en la capacidad humana de conocer objetivamente y en esencia la realidad, ¡y hasta en la realidad misma, los idealistas extremos! Los existencialistas creyeron en la realidad, pero como algo amenazante y angustiante.

Las bellas artes se hicieron cada vez menos realistas, y menos bellas: se llamaban “realistas” para exponer unilateralmente sólo las partes más feas y degradadas de la realidad! El término fue devaluado. Política “realista” se hizo sinónimo de su parte más vil y sucia. Y Filosofía “realista” se hizo equivaler a cualquier visión avinagrada y amargada, corrientemente esgrimida para justificar alguna inmoralidad. Consecuencia:

# Pesimismo generalizado, que hoy tratan de remediar con un pensamiento “positivo” irrealista-voluntarista, y escapista.

En cambio el realismo era sanamente optimista, juzgando al mundo apto para ser conocido, y al hombre capaz para conocerle. ¿Cómo? Los realistas enseñaron que la persona parte de informaciones procedentes de sus cinco sentidos externos (vista, olfato, oído, tacto y gusto); las combina mediante sus cuatro sentidos internos (conciencia, memoria, imaginación y estimativa); y las trata con sus facultades cognitivas o intelectuales, formando conceptos, juicios y razonamientos. Pero hoy ya nadie habla p. ej. de “estimativa” o “sentidos internos”. Tampoco del “entendimiento receptivo”.

# Olvido de los principios fundamentales del saber. Entre otros:

-- El entendimiento humano tiene su potencia “receptiva”, para reflejar en la inteligencia las cosas y sus cualidades, tal cual son objetivamente; y para abstraerlas mentalmente tiene su potencia activa, pero no para inventar las realidades como a cada quien le parece.

-- Podemos estar ciertos de los conocimientos adquiridos por evidencia, demostración, o testimonio de fuentes confiables. Porque las cosas ocurren de tal modo que pueden entenderse -principio de razón suficiente-, si se investigan con detenimiento y orden. Y si se somete la inteligencia a ciertas reglas de buen juicio, sobre el valor de las evidencias y testimonios, y sobre la lógica de los argumentos y demostraciones. ¡Así podemos controlar las emociones y sentimientos!

-- No es fácil el proceso de conocer, ni infalible el conocimiento, su resultado. Pero son básicamente confiables, si se tiene cautela, y los yerros y equívocos se corrigen y depuran lo suficiente.

-- Lo que no es posible es moldear las realidades a pura voluntad, de las personas o los Gobiernos, imaginando que son maleables, plásticas, o queriendo que sean distintas a como son.

Realismo es sinónimo de sensatez, razonabilidad.

# Los conocimientos quedaron sin garantías. Comprenderá Ud. que sin principios como estos, nadie puede estar seguro de los conocimientos, y las discusiones no salen de las puras opiniones subjetivas -aunque masivamente difundidas-, sin asidero o fundamento sólido, o defendidas con la sola fuerza de una “fe” por entero irracional, ambas inconcluyentes. Sin estos principios tampoco se pueden corregir errores y desaciertos, ni los más descabellados, y cada quien queda “libre” de afirmar su disparate favorito. Y de imponerlo al resto de la gente, si tiene poder.

Comprenderá Ud. también el motivo por el cual estos principios fueron dejados de lado: porque aceptar que la inteligencia en parte es pasiva, no omnipotente, y que debe someterse y ser obediente, implica humildad. De hecho la verdad no es sino la humilde aceptación de la realidad. Y la humildad no es virtud frecuente entre intelectuales.

# La actividad intelectual quedó sin virtudes propias. Las virtudes “dianoéticas” o intelectuales son para poder alcanzar la verdad:

-- El principio de no contradicción, pero como virtud, o “hábito continuo de recta conducta”. Era el primer principio de la razón especulativa: no contradecirse.

-- Sindéresis, o primer principio de la razón práctica: discernir entre lo bueno y lo malo, para hacer lo primero y evitar lo segundo.

-- Ciencia: conocer las cosas según sus causas eficientes; y ...

-- Sabiduría: ... por sus primeros principios y causas últimas.

-- Arte o técnica: aplicar las facultades racionales a la producción; y ...

-- Prudencia: ... al juicio práctico. La prudencia era virtud intelectual y al mismo tiempo ética: se contaba entre las cuatro virtudes cardinales de la moralidad, con la justicia, la fortaleza y la templanza. ¿Qué le parece ...?

# El despelote de las ciencias humanísticas. Sin la guía de una filosofía confiable, cayeron en brazos de las distintas y enemigas ideologías, diferentes deducciones y conclusiones morales, políticas, jurídicas y económicas de los sistemas filosóficos degenerados que se enfrentan.

Las ciencias todas fueron separadas arbitrariamente en humanas y naturales, culpa de la falsa dicotomía espíritu versus materia. Y las así llamadas “ciencias humanas” fueron sometidas a doble y contradictoria presión: parecerse a las otras, y a la vez ser diferentes. Lo que quedó de ellas no es ciencia, porque le falta exactitud en la medida; y tampoco es humano, al tratar estas “ciencias” a las personas como ratas, monos, o perros, como hacen respectivamente el conductismo, el evolucionismo y el pavlovismo. El colectivismo -nazismo o marxismo, que ambos vienen de Hegel, y éste de Kant-, combina las tres corrientes, considerandonos a la vez como ratas, monos y perros. Por eso nos tratan de modo tan salvaje, animal. Y el ambientalismo completa el círculo: vistas las personas como animales, quiere ver a los animales como personas.

# La economía: empobrecida y sin rumbo. Empobrecida como actividad, por los Gobiernos desbordados, que paradójicamente se toman para ellos todas las libertades económicas que niegan a los particulares. Los políticos estatistas acusan a los ricos de construir sus inmensas fortunas explotando a los pobres, pero ellos edifican su inmenso poder en base a la explotación de todos, en exclusivo provecho y beneficio de ellos mismos, so pretexto de “redimir” a los más necesitados.

Y sin rumbo quedó la Economía como ciencia, con la hegemonía de las corrientes positivistas y marxistas, que opacaron por completo a la Escuela austriana, piso científico del liberalismo económico. El contexto filosófico natural del austrianismo es la metafísica realista, que por desgracia no conocieron sus propios fundadores austríacos, de fines del s. XIX y comienzos del XX, desaparecido el realismo muy atrás en la historia. Para colmo, muchos liberales -en extenso listado, desde el empirista Locke (s. XVII) al hegeliano Fukuyama (s. XX)-, trataron de llenar el vacío filosófico con racionalismo, relativismo, escepticismo, utilitarismo, “positivismo”, evolucionismo, etc., todos “ismos” muy sospechosos, y para nada compatibles con el ser del liberalismo. Y los austrianos se pegaron a la corriente general.

Curiosamente, en estos bárbaros excesos terminaron unas tendencias nacidas con el Renacimiento y la Revolución Francesa, que se autodenominaron “humanistas”, y enfatizaron la generosidad, el altruismo y la buena voluntad como fundamentos de la civilización

El realismo en cambio no es una filosofía antropocéntrica sino ontocéntrica: gira alrededor del ser, y se basa en la realidad, de la cual el hombre forma parte. Pero resulta que Dios también es parte de la realidad, y más importante que el hombre. Si Ud. hace una consideración completa de la realidad, desde la naturaleza mineral hasta la economía, no puede dejar a Dios afuera. Una de las razones por las cuales los pensadores iluministas (fines del s. XVIII) echaron por la borda definitivamente al realismo, fue que querían dejar a Dios fuera de la realidad. Le sacaron de Filosofía, de las ciencias -de todas-, y de la vida pública.

# La religión quedó sin racionalidad. Habiendo fracasado la Filosofía en su función orientadora sobre cómo pensar, y las ciencias del hombre, la Religión podría llegar en auxilio de la gente, de no haber sido previamente vaciada de racionalidad, despojo que hizo en el siglo XIX el romanticismo. Esta tendencia exaltó las emociones, sentimientos, instintos y pasiones, por encima de la razón, contribuyendo a la pérdida general del sentido de realidad.

Realismo y racionalidad no son incompatibles, ajenos ni lejanos a la Religión; y de hecho son parientes. La escolástica, máxima expresión del realismo filósófico, fue desarrollada en la Baja Edad Media -siglos XII al XV- por piadosos creyentes que no despreciaron el auxilio de la “luz natural” de la razón:

-- Moisés Maimónides, rabino judío (Rabbi Ibn Maimón);

-- San Alberto y Santo Tomás de Aquino -favor no confundir con Tomás el Apóstol-, cristianos ambos, católicos;

-- Al Kindi, Al Farabi, Avicena (Ibn Sina), Al Gazel (Al Gazzali) y Averroes (Ibn Rusd). No necesito decirle: muy devotos musulmanes, pero muy racionales, no fanáticos criminales como los actuales sicarios al servicio del estatismo “islámico” (= marxista disfrazado).

-- Felipe Melanchton, cristiano protestante del siglo XVI, siguió tras estos pasos.

Cristianos o no, todos los mencionados se apoyaron en el griego Aristóteles, un pagano de la Antigüedad, que hoy diríamos “deísta”. Y se ayudaron unos con otros en su actividad académica, que no era para “inventar” un sistema, sino para descubrir cómo las cosas son.

El Papa Juan Pablo II explica de maravillas en su Encíclica “Fe y Razón”, que una y otra no se divorcian. Muy cierto. Pero este principio es típicamente realista, y hoy -aunque todavía se lee en algunos catecismos-, tampoco se aplica, por desgracia. La gente “posmoderna” no cree en la razón, aunque sí en las irracionales e idiotizantes religiones falsas de la “Nueva Era”!

# Y dejaron a Dios fuera. Si me apura se lo digo: sí, una consecuencia terrible de la desaparición del realismo metafísico es que Dios quedó fuera de los conceptos de hombre, sociedad, “Estado” y economía fundados en esas ciencias humanísticas pervertidas, a las cuales hoy todos recurren en busca de auxilio sin encontrarlo. Dios quedo fuera, y sus leyes, reveladas en la Santa Biblia, la cual manda p. ej. a los Gobiernos no salirse de sus límites, y a los ciudadanos ser razonables y no endiosar a los Gobiernos. Algo que los líderes religiosos no se permiten recordar hoy en público, porque la religión fue confinada a la vida privada y nada más, con prohibición expresa de salida. (En Francia, “cuna de las libertades”, el Gobierno pretende impedir el uso en público de distintivos religiosos ... de las religiones monoteístas, mas no de otras como la astrología, brujería, oráculos, hechicería, espiritismo, animismo y demás cultos y religiones primitivas.)

¿Cómo evitar que los gobernantes se erijan en todopoderosos y muy altísimos, si el lugar de Dios en la sociedad queda vacío? Entonces vienen ellos y lo ocupan.

¿Es posible a la sociedad volver a la sensatez sin volver a Dios? Sí pero sería harto difícil. ¿Se va a poner todo el mundo a estudiar Filosofía, Economía y ciencia política, para descubrir racionalmente cada quien por su cuenta que es mejor un Gobierno limitado? (Deberían comenzar los economistas, periodistas y otros profesionales que se suponen especializados en esas materias ...) De la otra forma sería más viable. Pero la gente es muy obcecada; no quiere reconocer la autoridad de Dios, ni su Palabra, pese a lo razonable de su contenido.

Y si me pregunta ¿Es necesario ser creyente para ser realista?, le diré que no, pero ayuda. Por cierto, una filósofa atea, Ayn Rand, emprendió en el s. XX la titánica tarea de reconstruir el realismo sobre bases aristotélicas, para que el capitalismo liberal recuperase su apoyatura filosófica; pero con Dios fuera. Lo hizo, y ahí está su obra, que sólo es conocida y reverenciada por un diminuto círculo de fieles -una secta-, carente de difusión masiva siquiera en las Universidades.

Urge el rescate del realismo metafísico, al menos en las categorías fundamentales, para que la gente pueda volver a pensar normal y claramente. De otra manera, imposible.

# La opinión pública quedó inerme, a merced de los ideólogos estatistas, los cuales llenaron de estatismo la mente de las personas. Y lo peor del caso no es lo que la gente ignora, sino lo que cree que sabe. Pero me quedo aquí, no sea que alguien se sienta ofendido.

Notas:

En este tema no son para incluir, porque sería cosa de nunca acabar.




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