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jueves, febrero 24, 2005

Carlos Genatios tras los pasos de Luis Miquilena.



De nuevo la naturaleza en forma de lluvias copiosas y fuera de temporada se ensaña contra el territorio nacional y los habladores de tonterías no pelan el boche.

Filosofar a posteriori sobre el hecho para lanzar culpas sobre los antiguos camaradas me parece tan inútil como pudiera ser discutir las razones que hacen del tigre un animal peligroso. Inùtil porque por ese camino no vamos a arreglar nada en Venezuela.

Observo sin embargo algunas situaciones originadas a raíz de las últimas lluvias que merecen comentario aparte.

Por ejemplo la estupidez que a veces marcha aunada a la inteligencia humana.

En un país donde le dan explicaciones “políticas” hasta a las ciencias exactas no era de extrañar que en pleno desarrollo de la tragedia surgieran explicadores que andan en busca de votos y aprovechan la ocasión para culpar al adversario.

Me refiero por supuesto a los voceros gubernamentales que terminan sus declaraciones con el consabido “esto sucede desde hace mucho tiempo”, como si seis años no bastan para mejorar lo que se encontró en 1999; pero también señalo a los explicadores que desde posiciones opositoras tiñen con un matiz político la tragedia que desgració la vida de otros seres humanos.

A este respecto quiero dejar claro que quien escribe estas líneas no pretende ser un espécimen impoluto o ingenuo cuando propongo posturas éticas en la acción política.

Creo en la ètica pero estoy dispuesto a aceptar como “normal” que un actor político aproveche toda ocasión para vender la bondad de sus propuestas.

Lo que sucede es que algunos políticos parecen zamuros y no humanos cuando comienzan a buscar votos diciendo tonterías sin esperar siquiera que rescaten las víctimas.

Dejando de lado estas consideraciones hay sin embargo otro problema a resolver y es que para que Venezuela progrese en paz debe haber entre nosotros un gobierno con determinadas características y una oposición lo suficientemente capaz y honrada como para ver el mundo con una visión complementaria y diferente a la del gobierno que es la del estatismo izquierdista.

Una oposición que respete las ideas de los otros para poder exigir que le respeten las propias porque para eso está el marco de la Constitución.

En ese orden de ideas se puede decir que gobierno estatista y socialista existe en Venezuela, quien lo duda.

Lo que no hay es una alternativa opositora, honesta y seria porque desde ese universo somos pocos los que advertimos que el estatismo socialista no fomenta la producción de riqueza y que el principal problema que afecta nuestra sociedad es que llevamos al menos un cuarto de siglo haciéndonos más pobres cada año, situación que se ha acelerado en la última década.

La mayoría de los que aspiran, nuevos y viejos, a dirigir el país desde la acera opositora son tan estatistas como el comandante Hugo Chávez y no solo confunden a la gente sino que ofrecen soluciones que nunca van a conseguir lo que pregonan precisamente por ser estatistas y socialistas. ¡Ese es el principal problema de este momento!

Fijémonos por ejemplo en las declaraciones del ex ministro Carlos Genatios a quien supongo candidato a diputado, ahora estrenándose como opositor porque Luís Miquilena tiene relevos en los círculos de cierto tipo de oposición que es la que le gusta al comandante Chávez por escuálida y estúpida para decirlo en términos llanos.

El ingeniero Genatios, sin tocar el tema de la corrupción que sin duda signó el momento de repartir y cobrar los contratos de la anterior tragedia de Vargas, dice que ese estado se inunda por falta de obras hechas en concreto armado que supuestamente él habría previsto cuando estaba al frente de la reconstrucción.

Obras públicas que de concretarse pondrían a brincar en una pata a los contratistas revolucionarios –son los mismos que antes eran puntofijistas, nada ha cambiado-, porque Genatios no habla para nada de inversiones privadas.

Ja, ja, ja y ja.

Respeto al ingeniero Genatios pero no al político que habla tonterías.

Para Venezuela màs importante que el concreto armado serìa cambiar las relaciones entre el Estado y la sociedad para dar libertad y que la gente pueda prosperar si asì lo desea, con la fuerza de su trabajo, de su ingeniosidad, sin las trabas estatistas que en el paìs impusieron los polìticos puntofijistas y ahora refuerzan los nuevos amos del estado, incluyendo gente benintencionada pero profundamente equivocada como el ingeniero carlos Genatios que ahora parece abandonar el barco oficialista.

EL CONCRETO ARMADO SEGÚN GENATIOS



El ingeniero Genatios no es el primero ni será el último político en servir de portavoz de los intereses del concreto armado. Ese es su problema y no el nuestro.

Lo que nos incumbe como liberales y como venezolanos molientes es que Genatios presume que si le hubieran hecho caso la tragedia no habría ocurrido.

Nuevamente ja, ja, ja y ja.

Olvida el colega que la última vaguada, para decirlo en términos actuales, no solo atacó a Vargas donde supuestamente no le hicieron caso a las recomendaciones de Carlos Genatios sino que causó daños en al menos otras diez entidades federales.

¿Qué pretende Carlos Genatios, que le contraten para “resolver” los problemas en el resto del país?

¿Cuál es el nombre del ingeniero al que no le hicieron caso en Carabobo, Yaracuy, Falcón, Miranda?

A nuestro modo de ver las cosas Carlos Genatios es otro estatista ahora resentido porque por razones que no nos interesan ha sido alejado del poder.

Sigue los pasos de Miquilena y el sector escuálido de la oposición no tardará en recibirle con los brazos abiertos como hicieron con Miquilena, Rosendo y el general Salazar, quienes por cierto salieron rozados por la corrupción que rodeo el pago de los contratos que se dieron para reparar en Vargas lo que dañaron las lluvias en 1999.

Eso tampoco es problema nuestro porque hay libertad para apoyar hasta al propio Chávez si por alguna razón se pasa a “la oposición”.

En ese sentido todos son libres hasta para cometer estupideces que beneficien al gobierno.

Lo nuestro es decir que el estatismo socialista –como el de Hugo Chávez o el de los puntofijistas o el de Genatios- nunca solucionará los problemas que causa la naturaleza porque para eso se necesitan recursos que no se crean sino con un sano capitalismo liberal que nunca ha existido en Venezuela debido, entre otras cosas, a que grupos mafiosos que unen los intereses de politicastros y monopolistas no lo han permitido.

El Estado actúo en esta tragedia lo mejor que pudo pero un pueblo empobrecido nunca podrá pagarse sus propios seguros privados para mitigar la desgracia y contra esa condición –la del empobrecimiento- no sirven las recetas estatistas.

Para crear riqueza solo sirve un programa liberal.

Así las cosas.


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